Por: Edison Pérez
El oportunismo puede ser
entendido como la actitud que tiene una persona para acomodarse a las
circunstancias con la intención de sacar provecho para sí mismo, sin importarle
que vaya en contra de sus “principios”. Los “atributos” principales de estos
“migrantes ideológicos” o “camiseteros” son: el mimetismo político, la
simulación, la adulación y el servilismo incondicional para el gobernante de
turno.
De este mismo oportunismo
deriva la incoherencia política, que se hace evidente cuando los oportunistas,
“migrantes ideológicos” o “camiseteros” denostan, sin empacho, lo que antes
defendían a ultranza, lo hacen con una facilidad y sinvergüencería que
convencen al ciudadano común y, en cierta forma, hasta se convencen ellos
mismos de su discurso de turno.
En principio, no habría ningún
problema que ellos sean un cúmulo de contradicciones, sin embargo, son actores
políticos designados por el Primer Mandatario y otros electos por el pueblo que
creyó en un plan de gobierno y en un partido o movimiento político que les
acogía. Su proselitismo se enmarcaba en una línea ideológica que abarcaba un
sin número de propuestas, las mismas que encandilaron a los votantes y definían
la continuidad de un proyecto denominado Revolución Ciudadana.
Ese proyecto se va desvaneciendo
ya que no existe la participación ciudadana, verbigracia en los denominados “Diálogos
Nacionales” los interlocutores fueron los propietarios de los medios, los
empresarios, los banqueros, los dirigentes políticos y sociales; es decir, el
pueblo ha sido un espectador relegado y resignado a las decisiones políticas
del gobierno y sus aliados oportunistas ávidos por recuperar sus privilegios.
La banca denigró el proyecto
denominado dinero electrónico que lo impulsó el gobierno de Rafael Correa, sin
embargo, la implementación de este servicio estará en sus manos y por ende
cambian su discurso alabando y aplaudiendo este sistema como algo innovador,
necesario para sostener y fortalecer la dolarización. Así mismo, los
empresarios inmobiliarios, los que en su momento defendían la Ley de Plusvalía
para combatir la especulación de tierras, hoy la critican y hasta impulsan la
consulta popular para que esa Ley sea derogada. Ese es el caso del actual
Ministro de Comercio Exterior, Pablo Campana Sáenz. En esa misma línea, de
crítica y denigración, se encuentra la Vicepresidenta encargada, María Alejandra
Vicuña Muñoz, sobre la reelección indefinida, la misma que defendió, promovió y
aprobó en 2015 cuando era asambleísta de AP.
Así mismo, asambleístas de la
lista 35 que hicieron campaña con una propuesta política que, en términos
generales, planteaba la continuidad de la Revolución Ciudadana en beneficio de
los más necesitados, hoy por hoy, comulgan con una línea más cercana a la
oposición. Es así que después de 5 meses de gestión, su discurso y acción
política dista mucho de lo que defendieron y pregonaron en sus mitines
electoreros. Tal es el caso de Daniel Isaac Mendoza Arévalo, José Ricardo
Zambrano Arteaga, Marcia Cecilia Aguirre Rueda, Jorge Homero Yunda Machado, Elizabeth
Enriqueta Cabezas Guerrero, entre otros, que usaron “oportunamente” la
plataforma política e imagen de AP y de la Revolución Ciudadana para que los
votantes los elijan como sus representantes.
Los ciudadanos que se sienten
engañados se encargarán de castigar, en las urnas, a los oportunistas que hoy
muestran su incoherencia política.
No hay comentarios:
Publicar un comentario