Por: Edison Solis
10 años de gobierno de la Revolución
Ciudadana fueron suficientes para entender el real efecto de los medios de
información en la transformación o conservación del sistema económico, político,
social y cultural en Ecuador. En la edición de diario El Universo, Domingo 11
de enero de 2009, Sección Política, con el titular: Propaganda, Herramienta
para Imponer una Verdad; Vinicio Alvarado, en ese entonces Secretario de
Comunicación del gobierno de Rafael Correa, sostenía que “su
estrategia publicitaria se divide en tres piezas: 1. Los comerciales de
televisión para informar qué hace el Gobierno con la plata del pueblo, en los
cuales ‘no aparece Correa’; 2. Los comerciales de contenido emocional,
que buscan generar cambios de conducta, en los que sí aparece la imagen del
Presidente; y, 3. La información sobre la visión del Gobierno, que incluye las
cadenas, los enlaces radiales sabatinos, el periódico y la página web”.
Maquinaria de información masiva que sirvió como contrapropaganda a la
propaganda diaria y acostumbrada de la oposición en los medios masivos de
información privados autodenominados como “independientes” pero calificados en
el escenario político como reales y hasta contundentes oponentes al gobierno de
la Revolución Ciudadana.
Foto tomada de la web |
Con este antecedente es
necesario preguntarse: ¿Sirvió o no la contrapropaganda del gobierno de Rafael
Correa a la ciudadanía? Sí y No. SI, porque logró desarticular, los discursos
trillados, pero no carente de contenido ideológico, de “traidor” por parte de
la “izquierda” ecologista y maoista; y totalitarista, de la derecha
plutocrática que se acostumbró a Co-Gobernar desde los sofás de sus oficinas. Fueron
desenmascarados los poderes fácticos, así como la denominada, por el mismo
Primer Mandatario, como la “izquierda
infantil”; acusados en su momento de ser los históricos movimientos políticos
“revolucionarios” que hacen juego a la derecha ecuatoriana. La ciudadanía se
empoderó de esas constantes denuncias y distinguió claramente las diferencias entre
ricos y pobres que llevó a poner en práctica la lucha de clases en pleno siglo
XXI. NO, porque el único que apareció enfrentando la propaganda opositora fue
Rafael Correa que fortaleció solo su liderazgo y debilitó la imagen de la
generación de posibles nuevos ‘cuadros’ desde su mismo gabinete ministerial, y
más aún, desde las bases ciudadanas. Acumuló y dilapidó. Recuerdo el dicho
popular: “muerta la cabeza, muerto los tentáculos”. Muestra de aquello es la
coyuntura actual en Alianza País: la carencia total de liderazgos para una real
oposición al gobierno de Lenin Boltaire Moreno Garcés. Es tan claro que hasta
ahora el único que marca un liderazgo opositor, y desde el extranjero, sigue
siendo Rafael Correa.
Foto tomada de ANDES |
10 años de contrapropaganda que extrañan académicos, estudiantes, empleados, obreros, betuneros y hasta amas de casa. Como no olvidarse de periodistas, dueños de medios de información y las instituciones “defensoras de la libertad de expresión”. Ocho meses de un nuevo gobierno que canceló los Enlaces Ciudadanos, principal dolor de cabeza de la oligarquía mediática porque, según los expertos, fue el que mayor efecto de contrapropaganda provocó en las estructuras económicas, políticas, sociales y culturales de los ecuatorianos.
Ahora no hay
contrapropaganda, volvió la propaganda
neoliberal acostumbrada y difundida como información en los medios privados
“independientes” y ahora hasta en los “medios” públicos. La contrapropaganda
fue la jugada estratégica perfecta del gobierno de la Revolución Ciudadana con
una maquinaria de medios de información que ahora intentarían ser desmantelados
por un gobierno que no deja de oponerse, sin duda, al gobierno de uno de los
personajes políticos ecuatorianos que provocó y provoca aún pesadillas a la
oligarquía ecuatoriana: Rafael Vicente Correa Delgado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario