ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives"

viernes, 12 de febrero de 2010

Que mala programación!!!

Tomado de revista caricato

Ya ven por qué es mejor pagar por tele de otros países antes que aburrirse con la nacional.... por lo menos no me averguenzo cuando veo a los extranjeros peleando (los nuestros son pésimos para eso)...
Por: NoF

miércoles, 3 de febrero de 2010

PERIODISTAS DE EL TELEGRAFO AL PAÍS

El periodismo ciudadano no soluciona los problemas sociales, facilita soluciones. Esa es una de las premisas con las que un día, en la década de los 90, en los Estados Unidos, nació el también denominado periodismo cívico, participativo y público. En nuestro país, esta experiencia no tiene antecedentes. Si bien la actual etapa de diario El Telégrafo apareció como iniciativa del presente Gobierno, tanto su proceso de construcción cuanto su funcionamiento actual están sujetos a su razón de ser: constituirse en el Primer Diario Público del Ecuador.En este proceso nos hemos unido fotógrafos, periodistas, editores, el departamento de infografía y diseño. Somos profesionales que, aunque podríamos trabajar en otra empresa, decidimos hacerlo aquí porque creemos en el proyecto inicial del diario público. Estamos convencidos de que es indispensable, necesario y urgente instaurar otro tipo de periodismo en el país. Un periodismo que, entre otras cosas, no sacralice a la información oficial y que no responda a ningún interés hegemónico. Un periodismo que contribuya a la construcción de la esfera pública. Que visibilice las realidades de una sociedad tan compleja y diversa como la nuestra. Lo hacemos sin ninguna presión, sin ninguna afiliación política y sin más interés que el de hacer un trabajo profesional. Estamos conscientes de que el proyecto del diario público todavía se encuentra en una etapa muy temprana y que necesita de un proceso de maduración. Sabemos que concebir así al periodismo implica dar un giro de 180 grados en la forma de entender a este oficio. No solo desde la perspectiva de los mismos periodistas -la mayoría formados en la práctica de medios privados-, sino también desde la del público lector, cuya única alternativa a la agenda de los medios tradicionales se reducía a la crónica roja, al mundo visto desde lo político o lo económico y a contenidos de farándula. No desconocemos la importancia de esta visión del periodismo y el papel que ha jugado. El periodismo público no es la panacea, pero si un esfuerzo en la búsqueda de encontrar nuevas rutas hacia la verdad, abriendo el debate y generando cambios.Este cambio debe también ser comprendido por quienes de una u otra forma contribuyen a que el proyecto pueda llevarse a cabo. Un verdadero periodismo público no puede estar comprometido con los auspiciantes de un medio y mucho menos con alguna institución estatal. Un diario público, aún cuando se financie con fondos contemplados en el Presupuesto General del Estado, no se constituye de ninguna manera en una vocería gubernamental, sino en el espacio de los ciudadanos. En última instancia, la misión del periodista que trabaja en un medio público, es de dar voz a los que no la tienen. De ahí que para nosotros tenga sentido el trabajo que hace El Telégrafo. En secciones como Retrato, Diversidad, Zona Ciudadana, Sociedad, el Portafolio Gráfico o las entrevistas del Fin de Semana, encuentran voz aquellos personajes anónimos que construyen al Ecuador desde su quehacer diario. Las ediciones de Séptimo Día dan prioridad a géneros como la crónica y el reportaje, a través de los cuales se da cuenta de realidades desconocidas pero igual de importantes. El espacio que en el diario se ha reservado para la Cultura nos recuerda que las sociedades se definen mejor a través de su producción material intangible, porque en ella se revela lo más profundo de quienes las componen. También la sección económica abre un espacio para las iniciativas comunitarias y nuevos emprendimientos; no se detiene en el anuncio oficial de las propuestas, sino que trasciende a las necesidades y a la búsqueda de soluciones. La página editorial es la muestra palpable del respeto a la diversidad de opinión y pensamiento. Algo similar pude decirse de Sociedad, Quito Metropolitano y Metrópoli Guayaquil.Todas estas reflexiones vienen al caso debido a que, en los últimos días hemos conocido de un proyecto que desde las altas esferas del Gobierno se piensa implementar, amparado por El Telégrafo, por ahora con el mismo presupuesto, y presumiblemente los mismos recursos humanos, pero ya no con la visión del medio público, sino con la de un medio gubernamental. Como profesionales esto nos preocupa, porque hasta ahora el Gobierno ha dado muestras de respetar el trabajo sin interferir con imposiciones de agenda o de otro estilo. Pretender construir un nuevo medio sobre las aún inacabadas bases de un proyecto inédito de periodismo público, es echar tierra sobre él; es enterrarlo. Cerramos esta carta abierta a la espera de una reflexión. De haber nuevos medios gubernamentales, éstos deben tener otro espacio y otra conducción, porque su fin no es del medio público, El Telégrafo. No mezclemos un proyecto histórico con un deseo coyuntural; porque se estaría acabando con las razones por las cuales en principio le apostamos al diario en el que trabajamos. Como Redacción El Telégrafo, seguimos firmes, voluntaria y profesionalmente en torno del diario público. Lo hacemos con la convicción de quien sabe de que al final la verdad nos hará libres.
Firmado por 63 redactores de El Telégrafo