ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives"

martes, 29 de enero de 2019

Novelería, desmemoria e inacción en épocas cuánticas



Por Donato.



Algunos dirán que la pobreza, la falta de empleo y la corrupción son los principales problemas de Ecuador. Ciertos manipuladores (y manipulados) dirán “el Correa” y por ahí, uno que otro, les echará la culpa a los gringos o al finadito Hugo Chávez. Sin embargo, hay otros males que nos aquejan…

Hace unos años pensaba que la novelería y la desmemoria impedían el ejercicio de una política decente, de una política que sirva exclusivamente para el gobierno y la organización de la sociedad. Lamentablemente hay un tercer elemento que ahora impide ejercer una política sana: la inacción.

Hace más de 10 años, cuando apareció una propuesta revolucionaria que intentó ponerle fin a la politiquería oscilante, entre la derecha conservadora y la aparente izquierda, la gente parecía despertar para romper definitivamente con esa clase política “atrasapueblos”.

¡Era tan motivador y esperanzador ver a hombres y mujeres, especialmente a los jóvenes, dispuestos a mandarle “al Cairo” a todo aquello que nos había sumido en la desazón, la migración desesperada y la vergüenza de haber nacido en Ecuador!

Cuando llegó al poder un proyecto político que se fue contra ese status quo parecía que los ecuatorianos y ecuatorianas llegamos a una madurez política. Sin embargo, desde ese momento, también se libró una guerra mediática que dura hasta estos días con eso de la “descorreización”. Claro, los medios de comunicación (aunque sus voceros lo nieguen) son actores políticos que meten sus narices en la política, sin tener legitimidad democrática.

Con los años y a medida que la situación del país fue mejorando en salud, educación, vialidad, gestión del Gobierno, civismo e incluso hermandad entre ciudadanos de las distintas regiones (Costa y Sierra, especialmente), los jóvenes, adultos y hasta “los viejecitos”, como los llama un politiquero de la actualidad, perdieron banderas de lucha y con ello memoria.

Las nuevas generaciones, las que nunca fueron testigos de un cierre de carreteras, las que nunca aspiraron gas lacrimógeno y no vivieron la represión de todos los gobiernos anteriores, empezaron a protestar por el costo de la Nutella. Los otrora jóvenes, ya con trabajos estables, o los más adultos (descendientes de la “aristocracia” quiteña), salían a la Shyris o la Ruta Viva con sus “carrazos”, para tomarse la foto y subirlas a redes sociales: la novelería y la desmemoria en su máxima expresión.

¿El costo de la Nutella era nuestra mayor preocupación? ¡Qué mal leímos todo! Había tantos temas o causas por las cuales podíamos alzar nuestra voz. Si ya pasamos la etapa de las escuelitas unidocentes, si ya los centros de salud estaban mejor equipados, si ya habían becas para que la juventud vaya al exterior a estudiar en lugar de hacer “yuca”, era el momento de otras exigencias, pero no, nos quedamos en la inacción.

Ahora que estamos bajo un “Régimen Cuántico”, que ejecuta un plan de gobierno contrario al que propuso y por el que ganó, la cosa se está poniendo fea. Estamos viviendo rebrotes de protesta social, la Plaza Grande, en Quito, anda acordonada últimamente; las carreteras del país son cerradas por agricultores, se eleva el costo de los combustibles, se piensa en la privatización (hoy llamada “concesión”).

Y, por si fuera poco, los medios de comunicación nos ponen nuevamente a pensar: ¿Bucaram o Nebot? A ver, un ratito… ¿regresamos 10 años? Ya vamos como 20… a este paso es muy probable que aparezca el “Bombita” Lara, mande al cuerno a todos y volvamos a la Dictadura Militar.

Simón Bolívar dijo: “Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción; la ambición, la intriga, abusan de la credulidad y de la inexperiencia de hombres ajenos de todo conocimiento político, económico o civil…”. Eso nos está ocurriendo ahora y no hay acción ni reacción popular. La democracia es también participación, con la cual se puede impedir que regrese ese pasado que tanto daño hizo al país.