LAMENTABLEMENTE EXISTEN PERSONAS QUE VIVEN Y PIENSAN DE ACUERDO A CÁNONES DE EXCLUSIÓN, IRRESPETO A LA DIVERSIDAD Y, SOBRE TODO, DE PREJUICIOS MORALES NOCIVOS PARA LA SOCIEDAD EN SU CONJUNTO.
ESCRIBE CON ROJO RECHAZA ENÉRGICAMENTE ESTE TIPO DE OPINIONES
A CONTINUACIÓN EL ARTÍCULO PUBLICADO EN DIARIO EL COMERCIO
¿FAMILIAS ALTERNATIVAS?
Miguel Macías Carmigniani Jueves 24/05/2012
El Día de la Madre fue motivo de gran discusión en
varios hogares, un reportaje sobre las denominadas “familias alternativas” que
publicó ese mismo día un importante diario nacional, donde en grandes
titulares, entre otros, se destacó lo siguiente: “Helen y Nicola libran batalla
jurídica por la “verdadera paz”, “Pareja de lesbianas crió a un bebe que ahora
tiene 14 años”, “Transexual acogió al hijo de su ex pareja y aún lo cuida”,
“Una niña llama “papi” al transexual que la concibió”, “Adolescente optó por vivir
con su padre homosexual”.
Titulares como estos causan mucho daño y confusión
a jóvenes que no están bien formados, pues al leer su contenido, ellos pueden
creer que es normal que los homosexuales y las lesbianas se casen entre sí, que
formen una familia, o que adopten niños, lo cual es inconcebible y repugnante.
¿Y la moral a dónde queda?
Destacar que dos extranjeras han iniciado una
“batalla jurídica” para intentar inscribir a la hija de una de ellas, como hija
de ambas, sin manifestar que ello es ilegal e inconstitucional, y que es contra
natura, es criticable.
En el mundo loco en que vivimos, tenemos que
aceptar -a regañadientes- que los homosexuales hayan “salido del clóset” y que
estos al igual que las lesbianas y transexuales se paseen cogidos de la mano
por las calles de nuestras ciudades, lo cual es repugnante. Pero lo que jamás
debemos aceptar, es que esta clase de desadaptados sociales críe a hijos. Los
medios de comunicación deben destacar que es anormal, que homosexuales se casen
entre sí y que lesbianas hagan lo propio.
El Reverendo Padre Paulino Toral, con R y P
mayúscula, Director de la Fundación Casa de la Vida (Iglesia Santa Teresita)
del cantón Samborondón, provincia del Guayas, con justa razón califica a la
homosexualidad como un estado síquico anormal.
Sólo cabe el matrimonio entre un hombre y una
mujer. Es inaceptable que parejas del mismo sexo y/o transexuales puedan
adoptar y/o criar a un niño o a una niña, y no cabe que Constitución ni ley
alguna conceda derechos para ello, a parejas que no sean formadas por un varón
y una mujer.
Es aberrante que algunos medios de comunicación
colectiva, sin “querer queriendo”, exalten el homosexualismo y el lesbianismo,
lo cual debe ser rechazado por la sociedad.
El matrimonio, como lo establece nuestra
Constitución, es la unión entre un hombre y una mujer y no entre personas del
mismo sexo, como se ha aprobado en otros países. Ni siquiera la unión de hecho,
cual es la unión estable y monogámica entre dos personas, libres de vínculo
matrimonial, podría aceptarse que sea formada entre personas del mismo sexo, ya
que de acuerdo a la naturaleza humana y a la moral, esto es inconcebible.
No caben familias alternativas. Los legisladores
deberían rever esta situación en la Constitución mediante una consulta popular.