ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives" ESCRIBE CON ROJO "Si no vives como piensas, terminas pensando como vives"

martes, 31 de agosto de 2010

LA FOTO DEL SOBREVIVIENTE

AUTOR
Gustavo Abad
Tomado de El Telégrafo exiliado

Un joven ecuatoriano es el único sobreviviente de la masacre perpetrada, hace una semana, en el estado de Tamaulipas (México) por una banda de narcotraficantes (los Zetas) contra 72 personas que intentaban cruzar la frontera hacia Estados Unidos. Los medios publicaron la noticia, unos con más, otros con menos detalles. En lo que sí coincidieron casi todos fue en ese afán enfermizo de publicar los nombres y las fotos del sobreviviente y de sus familiares, como si de la identificación de los rasgos de las víctimas dependiera la credibilidad del periodismo.

Me niego a aceptar que, a estas alturas, los editores de los principales medios del país, como El Comercio, por ejemplo, que se dicen defensores del buen oficio, respetuosos del lector, que trabajan al servicio de la gente, y un montón de palabrería devaluada por el mal uso, no hayan resuelto todavía en sus procedimientos un asunto de ética elemental, como es la obligación del medio de abstenerse de publicar una información cuando exista la mínima posibilidad de exponer a las personas.

Las fotos publicadas en ese diario –no importa si alguna salió completa y otra “pixelada” – ayudó a aumentar el estado de indefensión, no solo del compatriota herido, sino de todo su entorno familiar. Sobra decir que se trata de un entorno marcado por la pobreza en un pueblo de la provincia del Cañar, lo cual facilita los abusos de toda clase. Todo indica que hay medios y periodistas que no hacen conciencia de su capacidad de causar daño.

Si no fuera lamentable, sería cómico el argumento de uno de los jefes periodísticos de El Comercio, quien sugiere en un artículo que la responsabilidad de proteger a los testigos no es de los medios sino de las autoridades. Asombroso descubrimiento. Después dice que el diario no ha expuesto a las víctimas puesto que los mafiosos que se dedican al tráfico de personas los conocen muy bien por haber tenido tratos anteriormente con ellos. Entonces publiquen la lista de todos los habitantes del pueblo.

Si ese razonamiento viniera de un estudiante de primer año de periodismo, se podría entender, por su nivel de formación, pero no se puede admitir lo mismo de personas que llevan más de veinte años en este oficio y que además ejercen como responsables de la línea informativa de uno de los más grandes diarios del país. Si ellos, los que aspiran a ser referentes de los más jóvenes, no la tienen clara, qué se puede esperar del resto.

“¿Qué gana la sociedad al no conocer el rostro del testigo?”, se pregunta ese mismo jefe periodístico para justificar lo injustificable. La pregunta debería ser al revés: ¿Qué gana la sociedad al conocerlo? Es más: ¿Qué gana la víctima con que todos lo miremos en ese estado íntimo e inviolable como es el sufrimiento? Si los jefes periodísticos de ese diario admitieran que se equivocaron y pidieran disculpas, ese solo gesto los haría merecedores de un poco de respeto. Pero no demuestran la intención de hacerlo, por lo tanto, no hay razón para respetarlos.

El problema es que ciertos medios todavía se guían por esa falsa premisa según la cual la contemplación del horror sirve de lección a la humanidad para no volverlo a cometer. Gran pretexto, inventado para regodearse con la exposición del dolor ajeno. Valga la ocasión para recordarles lo que decía Susan Sontag sobre este tema: “Los únicos que tienen derecho a mirar el dolor ajeno son los que tienen alguna posibilidad de remediarlo”.

En efecto, el médico que alivia las heridas, la autoridad que podría acercar un poco de justicia, el familiar que ofrece compañía y fuerza espiritual, son los únicos con derecho a mirar el sufrimiento del otro. El resto, es decir la mayoría de nosotros, somos simples fisgones. Y todavía hay medios y periodistas que no se dan cuenta. O fingen no darse cuenta, que es peor

jueves, 12 de agosto de 2010

NO SE HABLA BIEN EN LOS NOTICIEROS


Autor: Cóndor Mirador

Un pedido especial, en nombre de quienes consideramos que la herramienta de trabajo más importante de todo Comunicador Social es el Lenguaje: Revisen por favor los artículos del autor y periodista español Álex Grijelmo; él critica la falta de cuidado en el uso del lenguaje por parte de los profesionales de la Comunicación y la Información. Y a la vez expone los errores más comunes en los que suelen incurrir (arguye él que éstos tienen que ver con la ausencia de una actitud reflexiva de lo periodista y presentadores con respecto a lo que escriben o pronuncian). Aquí varios ejemplos: en los noticieros dicen: "a nivel nacional, “a nivel mundial...” Estas frases no son idiomáticamente correctas. Cuando se habla de NIVEL, en rigor se hace referencia a la ubicación de algo con respecto a una posición en vertical, o tomando como consideración su altura, en cuyos casos si es correcto decir, verbigracia, “a nivel del mar” o “a nivel de las montañas”. Conceptualmente, lo nacional, mundial o lo internacional son vistos como ÁMBITOS; geográficamente, en cambio, se relacionan con ESCALAS. Así, expresiones correctas son: "en el ámbito nacional, internacional, mundial...", o "a escala mundial..." (o, con mayor simpleza, “en el mundo...”).

Otras breves observaciones (confieso algo: estuve tentado a escribir “observaciones express”, pues este tipo de combinaciones se acomodan perfecto entre las audiencias, gracias a nuestros comunicadores y medios, que privilegian las frases extranjeras). Procuren, comunicadoresg, de la manera más comedida, no ceder a la redacción o pronunciación de galicismos (es decir, frases con una estructura idiomática propia del francés y derivados). "Esto es algo a tomar en cuenta por parte de los asambleístas...", “las actividades a realizarse en esta semana son...” El idioma español nos exige que ésta y otras frases similares deben reemplazarse por oraciones redactadas así: "esto es algo que se tiene o esto es algo que se debe tomar en cuenta por parte de los asambleístas", o “las actividades por realizarse en esta semana son...” (Aunque sean expresiones que lleven más tiempo pronunciarlas y más espacio redactarlas). Otra clásica incorrección: la expresión "bajo este criterio", Ésta hay que sustituirla por la expresión "a partir de este criterio" o "tomando en cuenta este criterio".

Eviten, sean tan amables, el uso de anglicismos innecesarios (esto es a lo que me refiero en la primera idea del párrafo precedente) como: "top five" (que les encanta a nuestros periodista deportivos...), "fashion" (...a nuestra “prensa rosa”...), "shopping" (...a nuestros publicistas...), "Marketing" (... a nuestros académicos). Nuestro bello idioma Español cuenta con palabras perfectamente equivalentes y precisas como: "las lista de los cinco mejores...", "moda o estilo", "ir de compras", o "Mercadotecnia" (esta última más decidora que el anglicismo Marketing y su terminación ing, que es extraña a la genética de nuestro idioma[1]. Mercadotecnia se asocia con palabras de similar desinencia en Español como pirotecnia; piro=fuego / tecnia=técnica; es decir, la técnica para manejar el fuego. Así, mercado=mercado / tecnia=técnica, ósea, la técnica para manejar el mercado).

¡Damas y caballeros de los medios!, cuídense mucho de no incurrir en vicios idiomáticos provocados por las malas traducciones de películas (lo que se conoce como subtítulos) o de boletines noticiosos emitidos por las agencias extranjeras de prensa. La palabra "nominado" es terriblemente mal utilizada (pues se la a usado como calco del inglés nominated, que en ese contexto idiomático es sinónimo de postulante o candidato). Nominado quiere decir en nuestro idioma NOMBRADO, y como ya se ha dicho se la emplea erróneamente como equivalente de términos como "candidato" “aspirante” o "postulante". Algo así dicen los presentadores de televisión invitados como conductores de acontecimientos en lo que se otorga algún premio o reconocimiento: ”Y los NOMINADOS al premio XYZ son…” La expresión adecuada es: “Y los postulantes, candidatos o aspirantes al premio XYZ son...” (Caso contrario, si usamos la palabra NOMINADOS, se está diciendo que “LOS NOMBRADOS al premio XYZ son...”, lo que no tiene sentido).

¡Ah! sobre el uso de los tiempos verbales, mucho ojo señores, señoras y señoritas profesionales de la Comunicación. Busquen información sobre el uso del "habría". En los noticieros, esta palabra se la usa para denotar presunción o posibilidad. "La Asamblea habría cambiado los textos de la Constitución en la madrugada..." Por favor, consideren que cuando alguien dice "habría", en correcto Español está dando a entender que tal o cual hecho (en el caso del ejemplo, el cambio de los textos constitucionales) PUDO haber ocurrido, pero en realidad NO OCURRIÓ. Es decir, la Asamblea PUDO haber cambiado los textos de la Carta Magna, pero, en efecto, NO LO HIZO. Comúnmente el periodista que escribe o pronuncia "La Asamblea habría cambiado los textos de la Constitución en la madrugada..." quiere dar a entender que la Asamblea POSIBLEMENTE modificó los artículos en la madrugada, lo que, como lo demuestra el uso propicio del “habría”, no es correcto. (E incluso, el considerar que la presunción de algo es digno de ser catalogada como noticia, y por tanto, para su difusión pública, se transgrede el derecho de los ciudadanos a recibir informaciones claras, VERIFICADAS, precisas.

Además, damas y caballeros de los medios televisivos, tengan cuidado con la concordancia, es decir, la correcta relación, en género y número, entre verbo y sujeto (no porque su fuerte es la expresión oral deben descuidar este aspecto). Suelen decir: “Un grupo de manifestantes en las afueras del Municipio EXIGIERON al Alcalde que…”. Lo correcto es ““Un grupo de manifestantes en las afueras del Municipio EXIGIÓ al Alcalde que…”, pues el verbo debe concordar con la palabra principal del sujeto, en este caso, con la palabra GRUPO (sustantivo colectivo redactado en número singular). En el ejemplo, se asume que el verbo EXIGIR debe concordar con la palabra MANIFESTANTES, de ahí que se escribe o pronuncia EXIGIERON (en el ejemplo de incorrección). Otra observación respetuosa. Suelen decir: “El Ministro de Gobierno, junto con el Fiscal, INAUGURARON diez Comisarías de la Niñez”. No está bien, pues en la expresión citada (y todas las que tengan igual estructura) todo lo que va luego de la coma actúa como aposición, más no como un segundo sujeto, como en el caso de la frase: “El Ministro de Gobierno Y el Fiscal...”; por lo tanto, el verbo MANIFESTAR, al concordar estrictamente con la palabra Ministro, debe pronunciarse en número singular: “El Ministro de Gobierno, junto con el Fiscal, INAUGURÓ diez comisarías de la niñez”.

Por el momento, una última consideración: no se olviden de que el uso de la expresión “DE QUE” aún sigue vigente en nuestro idioma: “El Canciller informa que ya firmó el acuerdo”. Lo preciso es decir: “El Canciller informa DE QUE ya firmó el acuerdo”. Para saber cuándo usar el DE QUE (y no caer en el vicio del “dequeísmo”), hay que preguntarse: ¿Qué informa el Canciller? ¿DE QUÉ informa el Canciller? La respuesta da la pauta: “El Canciller informa DE QUE ya firmó el acuerdo”
Comunicadores de mi Patria: ustedes desempeñan el papel de referentes públicos; por tal razón, cuiden la manera en que usan nuestro idioma. Próximamente seguiré hablando de los errores idiomáticos, ¡PUES ES UNA FORMA DE EJERCER MI (NUESTRA) LIBERTAD DE EXPRESIÓN!

[1] Grijelmo, Álex El genio del idioma español.

lunes, 9 de agosto de 2010

HIROSHIMA Y EL NACIMIENTO DEL TERRORISMO DE ESTADO


Artículo tomado de ALAI
Autor: Atilio Boron

El 6 de Agosto se cumplieron 65 años del ataque nuclear de Estados Unidos a la ciudad de Hiroshima, una monstruosidad si precedentes que, tres días después, se reiteraría al arrojar otra bomba atómica sobre la ciudad de Nagasaki. En un primer recuento ambas deflagraciones mataron unas 220.000 personas, 140.000 en Hiroshima y 80.000 en Nagasaki. La abrumadora mayoría de las víctimas fueron civiles, dado que para ese entonces las dos ciudades no albergaban significativos contingentes militares. Aproximadamente la mitad falleció de inmediato, el mismo día de los bombardeos. En su edición de hoy al dar cuenta del nuevo aniversario el New York Times comenta que las víctimas instantáneas murieron a causa de la excepcional intensidad de la explosión que redujo la ciudad a cenizas y literalmente vaporizó sus cuerpos, dejando apenas espectrales huellas y sombras en las pocas paredes que quedaron en pie. El resto fue falleciendo a lo largo del tiempo a causa de horribles quemaduras y los efectos de la radiación, que los condenó a una lenta y dolorosa agonía. El recuento actual de las víctimas que murieron a causa de los dos bombardeos llegaba, en el año 2008, a poco más de 400.000 personas y es muy probable que la cifra aumente levemente en los próximos años. Hasta el día de hoy, los de Hiroshima y Nagasaki son los únicos ataques nucleares de la historia, pero la desorbitada proliferación de armamentos nucleares hace temer por una reiteración de tan trágica experiencia. De hecho, la flota naval estadounidense-israelí que se encuentra al acecho en el estrecho de Ormuz, dispuesta a atacar a Irán, dispone de un formidable arsenal atómico. El Comandante Fidel Castro alertó sobre el riesgo de un holocausto nuclear y le advirtió al Presidente Barack Obama que una vez que de la orden de atacar se pasaría el punto de no retorno y se desencadenaría un conflicto internacional de incalculables y lúgubres proyecciones. Por otra parte, existen fundadas sospechas que las siete bases militares que Álvaro Uribe puso a disposición de Estados Unidos puedan también contar con armamento nuclear. Por algo hay una enconada resistencia a que una delegación de la Unasur pueda inspeccionar dichas bases.

No es exagerado afirmar que la historia del terrorismo de estado comienza con la agresión nuclear norteamericana al Japón. Si de armas de destrucción masiva se trata Estados Unidos se lleva las palmas sin competidor a la vista, y su bombardeo a dos poblaciones indefensas constituye, sin dudas, en el más grave y salvaje atentado terrorista de la historia de la humanidad. Lo anterior no obsta, sin embargo, para que sus sucesivos gobiernos se sientan con la autoridad moral como para acusar y condenar a muchos países –entre nosotros, Cuba y Venezuela- por “fomentar el terrorismo”; tampoco les plantea ningún dilema ético el hecho de dar abrigo dentro de sus fronteras a Luis Posada Carriles, terrorista probado y confeso y a muchos de sus compinches, mientras encierran en prisiones de máxima seguridad a los cinco héroes cubanos que luchaban contra el terrorismo y procuraban desbaratar sus siniestras maquinaciones.

La conmemoración realizada el día de hoy en Hiroshima contó con un ingrediente especial: ¡es la primera vez que un embajador de Estados Unidos participa en un evento de este tipo. ¡El criminal no da muestras de arrepentimiento y sí de soberbia y desprecio! Los representantes diplomáticos, funcionarios y autoridades norteamericanas tradicionalmente evitaron participar de la misma por temor a que su presencia pudiera re-encender el debate sobre el pedido de disculpas que Washington debería hacer por su monstruoso crimen, cosa que Estados Unidos jamás hizo. Tampoco lo hizo con Vietnam, país cuyo territorio fue arrasado tras once años de bombardeos que costaron unas 3.000.000 de víctimas, en su inmensa mayoría civiles. Y tampoco lo hizo por minar los puertos de la Nicaragua sandinista en la década de los ochentas, o por el medio siglo de agresiones y sabotajes, con sus secuelas de muertos y heridos, descargado sobre Cuba. El imperialismo es así, y es inútil esperar que cambie.

Para justificar su brutal agresión Washington dice que el bombardeo atómico ahorró miles de vidas de soldados americanos y japoneses que habrían muerto durante la inevitable invasión a Japón. Sin embargo, son muchos los que, mismo en Estados Unidos, argumentan que el haber arrojado la bomba atómica en alguna isla desierta del Pacífico habría surtido el mismo efecto disuasorio sobre el alto mando japonés y que, por lo tanto, decidir arrojarlas sobre Hiroshima y Nagasaki fue un acto de inhumana y gratuita crueldad. Durante la ceremonia del día de hoy algunos manifestantes reclamaron que Estados Unidos pidiese perdón al Japón y retirara sus bases militares en Japón, reclamo al cual Washington presta oídos sordos. Conviene recordar una sentencia de Albert Einstein en relación a los peligros de una nueva conflagración nuclear: "Si la tercera Guerra Mundial se hace a golpes de bombas atómicas, los ejércitos de la Cuarta Guerra Mundial combatirán con mazos".


- Dr. Atilio A. Boron esDirector del PLED, Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales, Buenos Aires, Argentina