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jueves, 28 de mayo de 2009

La Revolución Ciudadana y la “desterritorialización” del Estado


René Báez

International Writers Asociation

En nuestro estudio “Efecto jazz desnuda a la Revolución Ciudadana”(1), denunciamos al gobierno que encabeza Rafael Correa como al nuevo caballo de Troya de la dominación político/económica del Ecuador y fundamentamos tal opinión glosando algunas de las falacias teóricas, políticas e ideológicas del discurso oficial, así como su creciente obsecuencia a los dictados de la globalización corporativa.

Las acciones más recientes del régimen de Alianza País han venido a corroborar esa visión crítica y la creencia de que el Ecuador, bajo el doble discurso correísta, lejos de enrumbarse al rescate de su soberanía y a la superación de un modelo económico/financiero de cuño bancomundialista, apunta a su hundimiento como Estado-nación.

Un breve escrutinio de la política exterior de Carondelet aporta nuevas pruebas en ese sentido.

El salario de la subordinación al eje Washington-Bogotá

Para América del Sur, la política expansionista de los Estados Unidos tiene actualmente un nombre bien conocido: Plan Colombia. Después del 11-S del 2001, tal estrategia, orientada al control de las riquezas naturales de la zona y a la criminalización de los disidentes de la globocolonización, se instrumenta bajo el lema de cruzada internacional contra el “narcoterrorismo”. Cabe relievar que, según la politóloga estadounidense Susan Sontang, la simbiosis de los términos “narcotráfico” y “terrorismo” obedece al interés de los estrategas norteamericanos de ampliar la cobertura para lo que denomina “guerras metafóricas”, es decir, conflictos armados diseñados para que no terminen jamás.

A partir de la administración de Jamil Mahuad (1998-2000) y la inconstitucional cesión de la Base de Manta al Pentágono (1999), el Ecuador ha venido involucrándose en la geoestrategia de Washington, ejecutada en connivencia con la oligarquía “paisa”, de manera inequívoca, aunque zigzagueante.

En tiempos de la autodenominada Revolución Ciudadana, los desenfoques de la diplomacia ecuatoriana –conducida a su turno por María Fernanda Espinosa, Isabel Salvador y Fander Falconí- se han mantenido e incluso profundizado.

En este marco se explica que, ante el ataque militar colombo-estadounidense-israelí a la aldea de Angostura (provincia de Sucumbíos), el 1 de marzo del 2008, un operativo de terrorismo de Estado (2) coordinado por Álvaro Uribe, en la perspectiva de internacionalizar la añeja guerra civil del vecino norteño, y que se saldó con la muerte/ejecución de dos decenas de militantes o simpatizantes de las FARC (entre ellos del comandante Raúl Reyes), la reacción de Carondelet y el Palacio de Najas se constriñera a la denuncia aislada de los hechos violatorios de nuestra soberanía territorial y al rompimiento de relaciones con Bogotá, y no –conforme era de esperarse- a la disección a fondo de los fines y medios del neocolonialista Plan Colombia.

Coherente con su visión epidérmica de la estrategia de la Casa Blanca y el Palacio de Nariño, Correa, tras la cortina de humo de la ruptura de relaciones diplomáticas con el país neogranadino, no solo que ha reiterado sus autos de fe en la legitimidad de la lucha contra el “narcoterrorismo”, sino que ha provisto de un mayor soporte logístico a esa campaña con la aprobación y puesta en marcha, en tiempos del premier Fernando Bustamante, del Plan Libertador, un programa de espionaje telefónico y electrónico montado con financiamiento y asesoría estadounidenses; ha incrementado de 7 a 11 mil el número de efectivos militares y policiales en la frontera norte, y, con la adquisición de 24 aviones Tucano al Brasil y de una flotilla de helicópteros a la India, está empujando al Ecuador –un país al borde de la bancarrota después del boom petrolero del 2007-2008- a una costosa e irresponsable escalada armamentista.

A últimas fechas, el Ejecutivo se habría comprometido a que militares usamericanos continúen utilizando la Base de Manta luego de su obligada devolución al Estado ecuatoriano del fortín manabita el próximo noviembre, según denunciara en el reciente torneo electoral Diego Delgado, candidato presidencial disidente del Partido Socialista.

Ni qué decir que esta deplorable defensa de la soberanía está cobrando un elevado precio no sólo en términos económico/financieros, más también en materia de control del territorio. Al respecto, en un reportaje de la revista Vanguardia titulado “Ecuador pierde el norte” se lee: “Narcoguerrilla, paramilitares, bandas, usureros… El Estado no existe en el norte y las mafias que toman su lugar extienden su imperio hacia el sur. No hay un plan integral de respuesta”. (3) La propia nota da cuenta de cómo diversos grupos irregulares y delincuenciales han suplantado a las autoridades civiles, militares y policiales nacionales en vastas extensiones de las provincias de Esmeraldas, Manabí, Carchi, Sucumbíos y Orellana.

Otras vertientes de la “desterritorialización”

La creciente pérdida de control territorial por parte del Estado no es fruto únicamente de la “colombianización” de la socioeconomía nacional, sino que también es producto de otras acciones emprendidas por el autoritario Correa –Gutiérrez II, según sus multiplicados opositores- especialmente después de la refrendación plebiscitaria de la Carta Política redactada en Montecristi el pasado 2008.

A título enunciativo de tales acciones cabe mencionar a:

La Ley de Minería, aprobada contra viento y marea por la Comisión Legislativa –el dócil “Congresillo” que preside el oficialista Fernando Cordero-, instrumento legal que abre las puertas para la explotación metalífera a gran escala por parte de las transnacionales, especialmente de origen canadiense.

La negociación de un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, cuya eventual concreción –incumpliendo el estatuto de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y difiriendo para las calendas griegas la afiliación del país a la Alternativa Libre Bolivariana para las Américas (ALBA)- redundaría de múltiples maneras negativas en la administración del territorio por parte de autoridades nacionales.

La inclusión de un régimen de regiones autónomas a la referida Constitución montecristense, régimen por el cual han venido pugnando desde hace varios lustros los gobiernos de Estados Unidos (AID), Alemania (GTZ, ILDIS) y España (Agencia de Cooperación); entidades como la FLACSO, la Universidad Andina y un incontable número de ONGs; figuras de la oposición conservadora como Jaime Nebot, reelecto alcalde de Guayaquil, y Paco Moncayo, ex burgomaestre capitalino, amén de los infaltables escribas de la Gran Prensa. Con la puesta en vigor de la Constitución del 2008, el Estado unitario de raíz bolivariana y por el cual lucharon personajes tan disímiles de nuestra historia como Manuelita Sáenz, Rocafuerte, Eloy Alfaro, los revolucionarios “julianos”, los militares nacionalistas de 1972, Jaime Roldós, entre otros, se habría iniciado en un temible proceso de “balcanización”.

Notas.-

1. www.alainet.org/active/27959=es

2. Según Noam Chomsky, el terrorismo original siempre es incubado por el Estado.

3. Vanguardia No. 178, marzo del 2009.

martes, 26 de mayo de 2009

De medios, prejuicios y democracia

El programa ‘Aló Presidente` del mandatario de Venezuela, Hugo Chávez Frías, cumplió este 23 de mayo diez años al aire con 330 programas consecutivos. Su homólogo ecuatoriano, Rafael Correa Delgado, va por su enlace radial y televisivo número 121 desde que asumió el poder en enero del 2007.

Ambos coincidieron el pasado fin de semana (23 y 24 de mayo) en Quito (Ecuador), con la necesidad de combatir a lo que denominan “prensa corrupta”, ligada a los intereses de las oligarquías latinoamericanas. Incluso se habló de la posibilidad de crear una suerte de Consejo paralelo a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en el seno de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), cuya presidencia pro tempore será asumida por Correa, en Chile, en junio próximo.

Mientras el pasado 15 de febrero Chávez ganó con más del 50% el referéndum constitucional que le permitirá reelegirse en el cargo; el 26 de abril Correa se adjudicó un triunfo histórico en primera vuelta con casi el 52% de los votos válidos[1].

Y es que las animadversiones de ambos mandatarios respecto de los medios privados tienen rastros específicos. En abril del 2002, por ejemplo, el presidente Chávez fue derrocado momentáneamente del Palacio de Miraflores gracias a un bien orquestado montaje de los medios venezolanos que incluso se denunció en un documental independiente[2]. En su reemplazo el dirigente empresarial, Fernando Carmona, asumió el poder pero tuvo que dejar la casa de gobierno a las pocas horas cuando las barriadas venezolanas restituyeron a Chávez.

Correa, en cambio, tiene un cuestionamiento más personal pero no por ello apolítico. Públicamente ha enfilado sus dardos contra Diario El Universo de su natal Guayaquil, a quien acusa de no haberle dado espacio para la difusión de un evento internacional que organizó cuando era dirigente estudiantil, allá por los años 80[3].

Luego, en uno de sus recientes enlaces sabatinos, a inicios del 2009, denunció que ese matutino -fundado el 21 de septiembre de 1921- tiene sus acciones en las islas de Gran Caimán a nombre de uno de sus principales articulistas, Hernán Pérez Loose.

En ese mismo espacio, Correa dijo también que el canal de televisión Teleamazonas (Cratel), de propiedad del accionista mayoritario del Banco del Pichincha, Fidel Egas, se declaró a pérdida los últimos cinco años consecutivos y no canceló sus impuestos, según información del Servicio de Rentas Internas (SRI).

Esta última estación televisiva fue la que justamente pocas semanas antes de los comicios generales del pasado 26 de abril sacó una serie de reportajes de investigación a los que denominó como casos de ‘narcopolítica’.

Eso luego de que el ex subsecretario de Gobierno, José Ignacio Chauvín, fue detenido por sus presuntos nexos con la red de narcotráfico de los hermanos Ostaiza que operaba en la frontera norte en estrecha vinculación con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Para Teleamazonas ese hecho demostraba los nexos del régimen con grupos irregulares y narcotraficantes. El papel del ex ministro de Gobierno y de Seguridad Interna y Externa, Gustavo Larrea, fue puesto en entredicho por su tarea en el fallido intento de liberación de la ex candidata presidencial de Colombia, Ingrid Betancourt, en diciembre del 2007.

Incluso este y otros medios dieron fe ciega al contenido de las computadoras portátiles del entonces segundo al mando de las FARC, alias Raúl Reyes, capturadas por el ejército colombiano luego del bombardeo a un campamento de esa organización en Angostura (Sucumbíos-Ecuador) el 1 de marzo del 2008, donde además del líder insurgente fueron asesinadas otras 20 personas aproximadamente.

Coincidencialmente, el jefe de información de Diario El Comercio de Quito, Arturo Torres, publicó su libro: “El juego del camaleón: los secretos de Angostura”, donde devela supuestos nexos históricos de las FARC en territorio ecuatoriano.

Lo hizo, justo cuando el gobierno de Correa dispuso una investigación a varias unidades de Inteligencia de la Policía y el Ejército (Manuel Silva de la UIES y Mario Pazmiño del Ejército), por supuestas vinculaciones con la Central de Inteligencia Americana (CIA).

Casualidad o no, el libro de Torres apuesta por el supuesto trabajo profesional de estas unidades en la detección de grupos irregulares y narcotraficantes en el país. Unidades financiadas con apoyo de la embajada de Estados Unidos en Quito.

Este proceso sistemático de desacreditación del proyecto político del oficialismo, autodenominado de ‘Revolución Ciudadana’, está desconectado con las agendas de la sociedad en la medida en que sus estrategias (deslegitimación del gobierno) son inversamente proporcionales a sus resultados.

En este escenario, medios y gobierno, tanto en Caracas como en Quito, están en una abierta disputa por la credibilidad. Medios que persisten en su intención no solo de colocar la agenda pública (da) sino de generar el ambiente para su ejecución práctica.

Ambos gobiernos en cambio, gracias a sus contundentes resultados electorales, desdibujan en su verdadera dimensión (empresarial, publicitaria, financiera y corporativista) a los primeros, aunque a ratos confunden la aceptación popular con la militancia política.

[1] Consejo Nacional Electoral (CNE). Resultados oficiales elecciones presidenciales 2009.

[2] Kim Bartley Donnacha O´Biarian, The Revolution will not televised, abril 2002.

[3] Entrevista de Rafael Correa con Bernard Fougéres en Canal UNO.

lunes, 25 de mayo de 2009

Las ONG y el Consejo de Participación Ciudadana

El lunes 26 de enero de este año la Comisión Legislativa posesionó a los 14 vocales- siete principales y siete suplentes- del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social. Aunque dicen ser ‘representes ciudadanos’ algunos de ellos han trabajado con las cuestionadas ONG’s gringas denunciadas de ser afines a la CIA.

Aunque el Gobierno y la Comisión de Legislación dieron por terminado un capitulo más de los problemas registrados en la Comisión de Participación, encabezada por la ex cuadro intelectual de Pachakutik, hoy Asambleístas del Movimiento País, Betty Tola, es necesario recordar que los vocales del Consejo de Participación Ciudadana han pertenecido a han sido afines a ONG que se financian de la USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional). Esa vinculación es evidente porque así consta en las hojas de vida que presentaron y donde figuran a estas ONG como instituciones nacionales e internacionales con quienes se han relacionado. Otros aparecen relacionados directamente con el Gobierno a través de varias instituciones gubernamentales y otro vocal hasta como ex asesor de César Rodríguez en la Asamblea Nacional en Montecristi. ¿Dónde esta la independencia? ¿Se eligió a alguien que pertenezca a organizaciones populares de base? Nadie aparece como dirigente popular que haya encabezado movilizaciones, como por ejemplo: contra la salida de la OXI, la No firma del TLC, El No pago de la deuda externa, la salida de la base militar gringa de manta, gratuidad de la educación, entre otras luchas. Lo que sí consta en su historial social es haber dirigido o participado en varios proyectos de desarrollo comunitario, cursos de capacitación, diplomados, maestrías, etc. ¿Quienes les financian todo esos proyectos ‘sociales’ y sus estudios?. Ahora ya han presentado la ley orgánica de funcionamiento del denominado “Quinto Poder” luego de unos cuantos debates endebles con sociedad civil a quienes dicen representar.


Sus vinculaciones con cuestionadas ONG

Según el periodista Jean-Guy Allard, en un artículo publicado en el Blog de la Polilla Cubana denominado La CÍA, USAID y DEA bajo la lupa, indica que estos organismos serán vigilados por el Gobierno venezolano a través del Centro de Alerta para la Defensa de la Sobernía (CADES). El periodista señala que esta iniciativa surge cuando en todo el continente existe un número record de actividades encubiertas de la CIA y de entidades estadounidenses pantalla como la USAID y la DEA, con financiamiento millonario, para fomentar la desestabilización en el conjunto de los países de América Latina.

Allard, también escribió un artículo en la página electrónica Rebelión con el título USAID, arma clave de la guerra sucia contra América Latina, indica que la confesión pública de la USAID, emitida por temor a un ataque de nervios de algún congresista escrupuloso, lleva a observar, siempre con más atención, cómo esta agencia tiene en toda América Latina sus acciones con el resto de la red imperial de injerencia. “Decenas de sus agentes se mueven en la sombra de las organizaciones de derecha, inventadas según las circunstancias, y patrocinadas por el Instituto Republicano Internacional (IRI), el Instituto Democrático Nacional (NDI), la propia Freedom House, y unas cuantas fachadas más - siempre bajo las orientaciones de la CIA. Creada en 1961 con fines aparentemente legítimos, la USAID depende oficialmente del Departamento de Estado con un presupuesto de 850 millones de dólares anuales” señala el periodista.

Respecto a los vocales del Consejo de Participación Ciudadana al menos dos están vinculados directamente con dos ONG que se financian de la USAID. El actual Presidente del Consejo de Participación Ciudadana, Julián Guamán, esta relacionado con la institución denominada Visión Mundial, que según el periodista David Stoll, en el libro ¿América Latina se vuelve protestante? denuncia que pocos años después de la llegada de Visión Mundial al Ecuador, a finales de los años setenta, ésta fue acusada de provocar o empeorar conflictos en más de una docena de comunidades indígenas. Indicios de lo mismo parecían estar surgiendo en muchos otros lugares. El lado bueno de Visión Mundial, era que entregaba dinero a la gente pobre. El lado malo era que los enfrentamientos por dinero estaban destruyendo a su comunidad. Agrega además que una causa particular de sospecha de Visión Mundial era la presencia de fondos y alimentos proporcionados por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). “Se necesita poca imaginación para preguntarse si los subsidios de USAID estaban siendo utilizados para manipular. Al ser una agencia del Departamento de Estado, el personal de USAID pertenecía al servicio exterior y, en algunas ocasiones y lugares, contaba también con oficiales de la CIA” dice Stoll. Les invito a revisar la hoja de vida del Julián Guamán que aparece en la web de la Asamblea Constituyente y donde se publican sus vinculaciones con la ONG’ Visión Mundial.

Otra de las vocales que incluso, según lo informaron los medios de información, fue creadora de la fundación Esquel es Betsy Salazar. Esta persona aparece en su hoja de vida como directora de proyectos de esta fundación que ha sido denunciada por financiar proyectos de ‘ayuda a la pobreza’ con dineros de la USAID. Pues así se evidenció el pasado 28 de febrero cuando la Fundación Esquel y el Gobierno de los Estados Unidos, a través de USAID, presentaron en la ciudad de Quito los principales resultados del proyecto “Fondo Justicia y Sociedad” ante el Ministro Fiscal de la Nación, Dr. Washington Pesantez, autoridades de la Función Judicial, del Ministerio Público, y organizaciones de la sociedad civil, información que la publica la misma página web de la Embajada Norteamericana en Quito.

En este evento la señora Alexandria Panehal, Directora de USAID, durante el evento dijo: "Hemos compartido objetivos comunes con Fundación Esquel manteniendo una relación de cooperación fructífera, basada en principios democráticos y respeto mutuo. Son más de 60 proyectos de organizaciones de la sociedad civil y del sector público ecuatoriano que han sido apoyados con el Fondo, Justicia y Sociedad durante los últimos nueve años”.

A estos vocales se suma Mariela Yumbay, esta relacionada con la Fundación Human Rigths, que según una la página electrónica Voltaire en un artículo publicado con el nombre Human Rigths: Espionaje en América Latina, es una organización con claros intereses de la CÍA en América Latina. Si bien los otros vocales también están involucrados con fundaciones donde no se conoce si están financiadas por la USAID, lo que hay que aseverar que algunos están relacionados con el gobierno como así lo detallan sus mismas hojas de vida.

Para el Gobierno y la Comisión de Legislación la conformación del Consejo de Participación y Control Social estuvo resuelta, sin embargo, es importante conocer que uno de los objetivos de la CÍA es ubicar a sus aliados en puestos claves en los gobiernos.

lunes, 18 de mayo de 2009

LA CIUDAD SUMERGIDA EN UN RACISMO SIMBÓLICO: EL CASO DE RIOBAMBA


La época de conquista, de dominación violenta hacia el indio no termina; indicadores de la realidad latinoamericana, y en concreto del Ecuador, muestran que este sector es el más pobre y el menos desarrollado en comparación con los demás sectores sociales. La mayoría de la población indígena vive en el sector rural y según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), para 1986 el total de pobres en el sector rural, en América Latina correspondieron al 62% en comparación con el 30% en el sector urbano. En cuanto a la situación Ecuatoriana en particular, existen grandes diferencias en el desarrollo de la población urbana y rural. De acuerdo con datos del UNIFEM (Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer) para 1995 se evidencia que la pobreza es un problema principalmente del campo ya que afecta al 76% de su población (en comparación con el 44% en la ciudad), y dentro de este porcentaje, tres de cada 10 personas viven en la indigencia, es decir que no logran cubrir sus necesidades básicas, el problema es que las cifras ascienden en el último decenio.


Después de los cincuenta, e incluso con el impulso de la reforma agraria la situación de discriminación y racismo del que han sido objeto los indios continúa; hay que tener claro que la condición precaria en que viven, como muestran las cifras es también un indicador cualitativo porque muestra que no acepta al indio como parte del la sociedad ecuatoriana; sobretodo si consideramos estas cifras como efectos de la carga de racismo simbólico que existe en el Ecuador. Es común escuchar en la calle “longo o indio” como expresiones peyorativas, parecería que el solo hecho de nacer indio implicaría un insulto.

La cotidianidad ecuatoriana está colmada de estereotipos que se reproducen desde la conquista; y si no, habría que preguntarse ¿por qué es aún “normal” que en la televisión existan programas racistas como “vivos” o “mi recinto,” o que en los noticieros (como lo muestra Lourdes Endara en su libro “El Marciano de la esquina) se siga tratando al indio como salvaje, sanguinario, malvado, y no solo como un “otro” distinto? Evidentemente, esto no es más que una muestra del enorme desconocimiento que existe no solo por parte de quienes aparecen en los medios de comunicación, sino de la sociedad en general.

Nosotros, los mestizos, no fuimos parte de la conquista, sino producto de ella; nuestra identidad es, como plantea Manuel E. Polo, híbrida y sincrética. Por un lado está el padre (español) a quien queremos parecernos con la frustración de que nunca lo alcanzaremos completamente, y por otro, está la madre (indígena) a la cual negamos y, como efecto, nos sentimos culpables.

Llevando esta idea a la coyuntura, la lógica no cambia; por un lado somos la clase explotada y dependiente de las grandes potencias, y por el otro somos discriminadores y opresores de los indios. Al tratarlos como atrasados y poco civilizados caemos en la misma idea del no reconocimiento del otro y aportamos al encubrimiento del mito de la modernidad (como dice el autor Enrique Dussel), del cual, sin saberlo somos la cara irracional que esconde.


Si bien hasta los 60s la sociedad ecuatoriana fue en su mayoría rural, progresivamente se volvió urbana, esto nos ayuda a comprender la importancia que adquiere la categoría de “ciudad” como uno de los lugares estrictos de análisis si se pretende comprender lo que ocurre con las relaciones interétnicas en la actualidad. Además, si como indica Armando Silva, el espacio urbano no es arbitrario, se puede deducir con el autor que este lugar se constituye de acuerdo con categorías como: adentro-afuera, centro-periferia, antes-después, etc. que determinan los imaginarios de la población urbana y le dan un cierto orden a la ciudad, de ahí que la ciudad entendida como un lugar construido también desde lo social, permite aclarar los mecanismos mediante los cuales los indios siguen siendo objeto de exclusión y explotación.

Por ejemplo, en la ciudad de Riobamba perteneciente a la provincia del Chimborazo (la cual es la provincia con mayor población indígena en el país), se puede mostrar, de acuerdo con un análisis breve desde la década de los 60s hasta hoy, cómo el espacio de esta ciudad no ha sido libre para el indio, sino que ha sido utilizado para reproducir las acciones de una ideología racista.

Desde tiempos coloniales, como bien analiza Hugo Burgos en su estudio sobre las “Relaciones interétnicas en Riobamba”, el espacio físico estuvo determinado por relaciones jerárquicas, la segregación residencial al indio fue consecuencia de órdenes provenientes desde la corona, que establecieron que ningún mestizo o español pueda vivir junto a los indios. Riobamba (igual que la mayoría de ciudades en el Ecuador) nace por tanto como consecuencia de esta separación “desde arriba” o desde las mismas autoridades españolas, las ciudades se poblaron de familias no indias, es decir, españolas, criollas y mestizas.

El espacio, por tanto, como ente físico, estuvo desde el principio determinado por un tipo de relaciones interétnicas injustas, es decir que el lugar de lo urbano no ha sido construido nunca al azar, sino que sus usos, están determinados por las dinámicas sociales, es decir el espacio entendido en una dimensión histórica, que en Riobamba en particular, supone la persistencia de un marcado racismo hacia los indios, desde hace ya varios siglos.

Armando Silva analiza también la palabra “territorio” como un espacio cargado de subjetividad, con el que existe, por tanto, una relación de pertenencia, y plantea que éste es siempre patrimonio de un grupo social. En este sentido, hablar de territorio supone la existencia de un sujeto que identifica a un lugar físico-simbólico como suyo. En particular, habría que entender entonces a las ciudades como la tierra de los blanco-mestizos (y digo blancos en honor a quienes subjetivamente todavía creen que lo son, y que en el país no son pocos).

Burgos demuestra que para el siglo XIX todavía se prohibía al indio visitar la ciudad en días que no fuesen de mercado y para la década del 60 del siglo pasado, todavía se cobraba al indio por su entrada a los mercados para que pudieran vender sus productos. Todo esto sin contar con el hecho de que tenían prohibido hasta hace poco entrar en lugares considerados como “de mestizos,” a saber ciertos “buenos” restaurantes, escuelas, colegios religiosos, e incluso iglesias, como cuenta un tío mío respecto de un curita de la Iglesia “La Merced” quien hasta hace menos de diez años todavía se paraba fuera de la iglesia los domingos antes de dar misa y, si un indio intentaba entrar, le decía: “no papito voz no puedes entrar, andá (la tilde es para indicar gráficamente la forma de hablar del cura aunque es ortográficamente incorrecta) no mas a San Alfonso, que esa si es iglesia de indios.”

Los “territorios,” además, o en este caso, las ciudades, suponen siempre cercanías o distancias, y en particular, los mestizos han tratado siempre de distanciarse lo más posible de los indios en los espacios que por una u otra razón les toca compartir con ellos, esto lo hacen mediante una serie de justificaciones racistas. Burgos habla del “mal olor del indio” como una de los argumentos más utilizados y vigentes; y si no basta con subirse en cualquier bus urbano o intercantonal para ver que el asiento ocupado por un indio es la última alternativa de los mestizos a la hora de sentarse, sin olvidar los gestos de repugnancia de los mestizos cuando se cruzan con los indios, que, como se mostró son, en su mayoría de clase empobrecida.

Esto no quiere decir que el indio que no es pobre no es objeto de racismo. Me dio mucha gracia al escuchar los comentarios de varios mestizos en la calle, o incluso amigos cercanos, respecto de la elección de Ricardo Guango como Presidente de la “Comisión de Participación Ciudadana y Control Social”, quienes decían “por buenitos le han de haber elegido a ese indígena,” o con indignación replicaban, “ese indio que va a haber sido el mejor de todos los que participaron, si no sabe ni hablar,” entre otros comentarios que corroboran que el indio en nuestra sociedad sigue “en-cubierto como lo-mismo” como dice Enrique Dussel.

Para Burgos, la persistencia del racismo tiene un claro trasfondo y es la necesidad de dominar económica y socialmente al indio, con ello se justifica la construcción de cualquier estereotipo, y su exageración, situación última que trae como consecuencia el ahondamiento de la separación étnica, y la reproducción de las jerarquías sociales basadas en la supuesta existencia de razas. Sin embargo, no se puede olvidar que mantenimiento, desde hace siglos, de los mismos prejuicios hacia el indio se producen también por la inexistencia de una memoria histórica, que se debe a su vez, a la persistencia de una educación que re-inventa la falacia de un conocimiento europocéntrico, totalmente parcializado, de la historia.

Consecuentemente el indio es cotidianamente acusado de sucio y maloliente, porque los mestizos no sabemos ni mínimamente de la matanza primero, y luego de los nefastos mecanismos de conquista que ha vivido, o sobrevivido más bien, el indio a través de la historia.

Es decir que sus características no tienen relación con la existencia de una supuesta “naturaleza étnica”, sino que son efecto de su naturaleza, histórico-social, o de las condiciones harto precarias en que han tenido que vivir y que les han llevado a desarrollar valores distintos a los de la sociedad blanco-mestiza moderna. Por ejemplo, Burgos para la década de los 60s, muestra que el indio, por efecto del racismo, no posee capital circulante o dinero; situación que le lleva a desarrollar una economía de subsistencia basada en la cooperación y ayuda mutua, la cual supone una estrategia harto diferente a la irracionalidad individualista y salvaje de un capitalismo (hoy financiero) cuyo único sustento es simbólico en todo sentido (como lo demostró Baumman en su análisis sobre el “Capitalismo Líquido”).

Además, dentro de estos mecanismos de exclusión si bien ya no existen lugares donde se prohíba legalmente la presencia de los indios, simbólica y socialmente se mantienen enormes distancias, es muy ilustrativo relatar lo que ocurrió hace tres años en año nuevo en un barrio cercano al mercado San Alfonso en Riobamba, cuando a las doce de la noche todos los vecinos mestizos de una calle salieron a abrazarse y, mientras quemaban el viejo, se desearon buenos augurios, corrieron con las maletas y se comieron doce uvas, lo extraño fue que cuando salieron las dos únicas familias indígenas de aquella cuadra, ninguno las miró siquiera, menos aún intentaron hablarles, es decir, era imposible, dentro de su realidad imaginario-simbólica, que los indios se considerasen como parte de aquel rito de fin de año.

Mientras observaba todo esto pensaba en que los vecinos mestizos, en su mayoría, ni siquiera sabían que los indios vivían allí, lo que me llevó a concluir que aunque no existan leyes que dicten la exclusión al indio, esa noche se mostraron las leyes simbólicas como impedimentos tajantes para una verdadera inclusión del indio dentro de la sociedad mestiza.

Esto no quiere decir de ninguna manera que no existan espacios donde los mestizos e indios interactúen, y que la exclusión sea total, de hecho la hipótesis que manejo con Burgos es que el racismo se justifica por un utilitarismo, es decir que las interacciones son más necesarias que espontáneas, y el mecanismo de dominación cambia, los indios pasan de excluidos a explotados, lo cual supone el pre-establecimiento de roles específicos, donde uno es explotador y otro es explotado. Si bien en la época colonial éstas relaciones eran instituciones legales (la mita, el concertaje, etc.) el problema es que luego se volvieron simbólicas y se han mantenido (por su puesto con variaciones histórico-contextuales) hasta hoy.

Por ejemplo, el mercado en Riobamba, como la esfera económico-social que une a mestizos e indios, tiene la peculiaridad de que no es un lugar permanente, sino que se construye o improvisa en los días de feria para luego volver su apariencia y sentido “normales”. Dentro de este espacio se han desarrollado a través del tiempo mecanismos de explotación, para la década de los 60s Burgos enumera algunos importantes, como el arranche, que consistía en quitar arbitrariamente al indio sus productos para pagarle muy por debajo del costo real; además, se establecían acuerdos entre mestizos compradores y quienes pesaban el producto, para estafar al indio, indicando un peso inferior al real del producto traído por los indios.

Si bien han existido muchos mecanismos de explotación, el problema es que en la actualidad éstos se mantienen, hace tres semanas en Quito, me disponía a subir en un bus en el Barrio San Roque, de pronto escuché a un indígena cargador a mi lado que decía “no sea malita patrona, como vas a pagar eso si vengo cargando desde arriba” y la respuesta de las señoras mestizas costeñas fue “anda indio vago, que mas quieres que te pague, si para ir a tomar haz de querer la plata” y tras discutir un buen rato, el indio se fue descontento, mientras las mestizas comentaban “si solo dos canastas cargó, este indio pidiendo más plata, cincuenta centavos están demás.”

Con lo cual se comprueba, ya no mediante estadísticas, sino con indicadores cotidianos, apelando un poco a la etnometodología que el racismo no es una categoría vieja para analizar la realidad del país, sino que es una matriz epistemológica sin la cual es incompleto cualquier análisis de la sociedad ecuatoriana. Si bien; y como consecuencia de las grandes luchas de los indios no solo desde los 90s, sino desde hace quinientos años se han logrado ciertos cambios, sobretodo dentro de la constitución que intenta ser más incluyente; la realidad nunca se queda en las leyes, pues las dinámicas sociales, políticas y simbólicas siempre las desbordan. Por eso es insuficiente un cambio en el campo legal, porque el racismo, en la actualidad es una dimensión hondamente interiorizada en la subjetividad mestiza ecuatoriana.

Un cambio en este ámbito no puede más que constituir un proceso diario que supone, como plantea Mignolo mecanismos constantes de “descolonización” mental de los ecuatorianos que, a mi juicio, se pueden lograr también mediante una educación que sobrepase la reproducción de un conocimiento europocéntrico, es decir, que estudie la historia desde la otra cara de la modernidad o sea la colonialidad.

Si para que nos indignemos, pero no solamente con la matanza que se produjo en la inquisición o la masacre del pueblo judío en la segunda guerra mundial, sino para que nos llenemos de ira y tristeza por el genocidio más grande de la historia, que se produjo en estas tierras hacia los pueblos indios, con el mal llamado “descubrimiento” y conquista de América, que supuso la desaparición de más del 80% de la población aborigen, pero también la desaparición de todos sus “mundos de la vida” de esta población, es decir de otras formas de concebir el mundo, la religión, la política, la filosofía, en fin otra manera de existencia y otros sentidos de supervivencia. Con ello no quiero decir que el cambiar la subjetividad e incluso la construcción de una memoria histórica sean suficientes, pues mientras las estructuras permanezcan intactas, la educación será únicamente un mecanismo para tranquilizar las conciencias de los racional-idealistas.


Karla Monserrath Encalada Falconí

sábado, 16 de mayo de 2009

¿Un camaleón en época de elecciones?



Uno de los objetivos del Plan Colombia es regionalizar su conflicto. En Ecuador muchos aceleren este proceso exigiendo al gobierno que salvaguarde nuestra soberanía. Arturo Torres, en su libro “El Juego del Camaleón: los Secretos de Angostura”, es un ejemplo periodístico que intentaría participar en esa guerra.



Con bombos y platillos fue presentado el libro ‘póstume’ del periodismo de investigación: El Juego del Camaleón, los Secretos de Angostura, en las instalaciones de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Sin embargo, la información detallada en esas páginas ha sido proporcionada por inteligencia militar y policial de Ecuador y Colombia, denunciadas, por el propio Jefe de Estado, Rafael Correa, como 'fuerzas del orden' que han trabajado con la Central de Inteligencia Americana (CIA).



Por qué es necesario analizar con mucha atención este libro como ninguna otra obra con similar y hasta mejor investigación como la escrita por el periodista uruguayo Kinto Lucas denominada “La guerra en casa - de Reyes a la base de Manta” y que no fue tan promocionada por los medios de información privado. Primero, porque la obra de Lucas aporta, como otros libros, al análisis general de la intervención guerrerista de los Estados Unidos en el mundo, en este caso, aquella dirigida desde el gobierno colombiano con el Plan Colombia y todas sus nefastas consecuencias para Ecuador. En cambio, el libro escrito por Torres, se remite a un reportaje coyuntural de los hechos ocurridos en Angostura donde desaparecen otros actores de esta guerra (gobierno norteamericano, colombiano y grupos paramilitares) para dedicar 234 páginas que intentaría justificar el trabajo de inteligencia militar ecuatoriana y colombiana en la persecución a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Sobre todo a querer 'esclarecer’ los supuestos lazos de funcionarios y ex funcionarios del actual gobierno ecuatoriano con la guerrilla colombiana. Exigencia que apareció a tres semanas de iniciarse el proceso electoral y con información supuestamente fidedigna de inteligencia militar y policial. ¿Qué se puede pensar de un periodista que recibe esta información de inteligencia? Un libro que es oportuno analizar con la intención que ha sido escrito: el político y periodístico


La imparcialidad: Un 'camaleón político'



“Lamento que el tema pueda ser utilizado por la oposición con el objetivo de molestar al Gobierno. El objetivo es mostrar un proceso, mostrar contextos de la guerrilla con gente de Gobiernos, y de diferentes niveles. Si el Gobierno no toma decisiones oportunas sobre la presencia de grupos armados se pueden seguir repitiendo casos como el que ocurrió en Santo Domingo de los Colorados, donde un grupo armado ejecutó a más de 20 campesinos”. Esas fueron las palabras de Arturo Torres en una nota publicada, el lunes 6 de abril, en la página Web de Ciudadanía Informada, respecto al contenido de su libro. ¿A qué se refiere cuando dice estas palabras?



En uno de los capítulos del libro (el último) denominado “El reino de los armados en Bocana del Búa”, se detalla, con declaraciones de habitantes de este sector, sobre los asesinatos de varios campesinos. Sin embargo, refuerza estas opiniones con la proporcionada por dos policías antinarcóticos (no específica sus nombres) para indicar que los posibles autores de estos crímenes eran guerrilleros de las FARC cuando los gendarmes le indican que “un guerrillero de las FARC que es mi informante y vive en Santo Domingo me confirmó que funciona un cristalizadero de pasta”. Además, Torres señala, con información proporcionada por inteligencia militar de Ecuador, que “por extraña coincidencia la pista de Bocana conduce hasta la misma zona del bombardeo en Angostura. Después del ataque aéreo del 1 de marzo, los soldados ecuatorianos barrieron la zona buscando todo tipo de evidencias. En los restos encontraron un mapa que precisa las coordenadas de Bocana del Búa”. El autor termina ese capítulo exigiendo que “a pesar de esa evidencia ninguna autoridad ha iniciado una investigación exhaustiva para identificar a las organizaciones delictivas que se muestran con libertad en el corazón del territorio”. Estas declaraciones se realizan pese a indicar en el mismo libro que “Miguel Carvajal, cuando era viceministro de Defensa dijo que no hay informes sobre la existencia de grupos armados en Santo Domingo, sino solo uno en Esmeraldas, que fue desbaratado por las fuerza pública”.



Desde lo político este capítulo señala como posibles autores de esos asesinatos a las FARC, por consiguiente, que ellos han penetrado en Ecuador y que no hay autoridad alguna que vigile. Al respecto, en una entrevista lograda por Jacques Gomes Filho a Raúl Reyes y publicada en la página electrónica Megazine, el jefe guerrillero señala que “las FARC no realizan ninguna acción militar fuera de su territorio. Tenemos una política de fronteras. Para nosotros, los países vecinos con los cuales compartimos fronteras son nuestros hermanos”. ¿Por qué no se publicó también parte de la entrevista realizada por Arturo Torres a Raúl Reyes donde se confirmarían estas declaraciones? Además, si de invasión se trata, porque no se investigó sobre la incursión que habrían realizado aviones de las Fuerzas Armadas colombianas a espacio aéreo ecuatoriano en las fumigaciones a las mencionadas plantaciones de coca; al material bélico colombiano que impactó a territorio ecuatoriano y afectó a varios campesinos, a las declaraciones que realizó el Ministro de Defensa, Javier Ponce, a los medios de información respecto a que unas 20 personas fuertemente armadas, pertenecientes a la banda Águilas Negras, que tiene origen en grupos paramilitares, "se infiltraron por tierra hasta Borbón, a 40 kilómetros en línea de aire de la frontera norte con Colombia”. Y, sobre todo, sobre la posible participación de la CIA en el ataque en Angostura y haber violado territorio ecuatoriano.



Para justificar más el trabajo de inteligencia militar ecuatoriana Arturo Torres con menor contundencia explica en el capítulo I, con el título: “El misterioso cuaderno de Tasé”, que el ejercito ecuatoriano encontró, en un campamento clandestino en Tasé, Puerto El Carmen, Sucumbíos, entre septiembre y octubre de 2006, un cuaderno escrito por el segundo al mando de las FARC, Raúl Reyes, donde describe supuestos contactos con la Juventud Comunista del Ecuador (JCE) y las instrucciones de editar un libro sobre la situación política ecuatoriana al mando de una tercera persona. Sin embargo, en los capítulos II y III es más contundente contra el gobierno e insiste en publicar lo que los medios de información, con claros intereses de complotar contra el gobierno, en su momento publicaron. Es decir, sobre la posible relación directa de ex funcionarios y actuales funcionarios del actual gobierno con las FARC, especialmente con Nubia Calderón, la supuesta guerrillera que radicaba en Quito. Nombres que no son necesarios nuevamente publicarlos debido a que nada de las acusaciones han sido comprobadas. A ellos se suman dirigentes de la CONAIE que, según Torres y sus fuentes de información, permitieron el paso de jóvenes bolivianos a campamentos de las FARC. Contactos que se habrían desarrollado debido a que en Quito “el comandante subversivo (se refiere Raúl Reyes) estructuró un grupo de apoyos a todo nivel”.



El capítulo VIII publica los testimonios de familiares que sufren por la muerte de sus hijos, supuestamente en un enfrentamiento con las FARC. En uno de los testimonios, la madre de uno de los policías caídos, al enterarse de la muerte de su vástago, grita: ¡Prefiero que mi hijo esté muerto a que este perdido en manos de los guerrilleros! ¡Cómo sabe ésta madre que eran guerrilleros y no podrían ser otras fuerzas de choque? El mismo libro indica que este enfrentamiento se realizó luego que las FARC, acusados de ser actores del enfrentamiento armado, confirmaron que en las embarcaciones iban también agentes norteamericanos que encabezaban un operativo contra el narcotráfico, es decir, desde la visión del gobierno norteamericano y colombiano, una acción antiguerrillera, un objetivo del Plan Colombia. El resto de capítulos es copia de lo publicado en los medios de información después de los ataques en Angostura: Que Franklin Aisalla era doble agente y a quien Torres apoda como El Camaleón, que el Congreso Boliviano realizado en Quito, en días previos al ataque en Angostura, estaba lleno de espías, etc.



Vuelve la pregunta inicial. ¿Si inteligencia militar tiene supuestamente información fidedigna de las FARC en Ecuador, resulta lógico que también deberían tener de las actividades de grupos paramilitares, ejercito colombiano y sus respectivos informantes en Ecuador? ¿Se quiere golpear a la corriente del cambio en Ecuador con esta publicaciónl?
Desde el análisis periodístico la supuesta imparcialidad de los medios queda al descubierto. La parcialidad con que fue reportado este libro, con ayuda de inteligencia militar y policial ecuatoriana y hasta colombiana, fue apoyada por altos mandos de diario El Comercio, como así lo indica el propio autor en los agradecimientos.



Respecto a confrontar las fuertes se le olvidó la versión de los guerrilleros de las FARC, pese a que él mantuvo una entrevista con Raúl Reyes. ¿Qué investigación realizó el autor si la información fue proporcionada por inteligencia militar y policial? Algo que ni el mismo lo cree cuando confirmó, en una nota publicada en la Web de diario Hoy, que el libro se refiere a la una supuesta red de contactos que las FARC mantienen en Ecuador, un tejido a diferentes niveles, pero que el mismo reportero admite que no ha logrado probar. ¿Un camaleón en época de elecciones?

Epidemia de Lucro



Por: Silvia Ribeiro*



La nueva epidemia de influenza porcina que día a día amenaza con expandirse a más regiones del mundo, no es un fenómeno aislado. Es parte de la crisis generalizada, y tiene sus raíces en el sistema de cría industrial de animales, dominado por grandes empresas trasnacionales.En México, las grandes empresas avícolas y porcícolas han proliferado ampliamente en las aguas (sucias) del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Un ejemplo es Granjas Carroll, en Veracruz, propiedad de Smithfield Foods, la mayor empresa de cría de cerdos y procesamiento de productos porcinos en el mundo, con filiales en Norteamérica, Europa y China. En su sede de Perote comenzó hace algunas semanas una virulenta epidemia de enfermedades respiratorias que afectó a 60 por ciento de la población de La Gloria, hecho informado por La Jornada en varias oportunidades, a partir de las denuncias de los habitantes del lugar. Desde hace años llevan una dura lucha contra la contaminación de la empresa y han sufrido incluso represión de las autoridades por sus denuncias. Granjas Carroll declaró que no está relacionada ni es el origen de la actual epidemia, alegando que la población tenía una gripe común. Por las dudas, no hicieron análisis para saber exactamente de qué virus se trataba.



En contraste, las conclusiones del panel Pew Commission on Industrial Farm Animal Production (Comisión Pew sobre producción animal industrial), publicadas en 2008, afirman que las condiciones de cría y confinamiento de la producción industrial, sobre todo en cerdos, crean un ambiente perfecto para la recombinación de virus de distintas cepas. Incluso mencionan el peligro de recombinación de la gripe aviar y la porcina y cómo finalmente puede llegar a recombinar en virus que afecten y sean trasmitidos entre humanos. Mencionan también que por muchas vías, incluyendo la contaminación de aguas, puede llegar a localidades lejanas, sin aparente contacto directo. Un ejemplo del que debemos aprender es el surgimiento de la gripe aviar. Ver por ejemplo el informe de GRAIN que ilustra cómo la industria avícola creó la gripe aviar (
www.grain.org).Pero las respuestas oficiales ante la crisis actual, además de ser tardías (esperaron que Estados Unidos anunciara primero el surgimiento del nuevo virus, perdiendo días valiosos para combatir la epidemia), parecen ignorar las causas reales y más contundentes.



La nueva epidemia no es un fenómeno aislado. Es parte de la crisis generalizada, y tiene sus raíces en el sistema de cría industrial de animales, dominado por grandes empresas trasnacionales. La imagen fue captada ayer en la terminal de autobuses de orienteFoto María Luisa Severiano Más que enviar cepas del virus para su secuenciación genómica a científicos como Craig Venter, que se ha enriquecido con la privatización de la investigación y sus resultados (secuenciació n que, por cierto, ya fue hecha por investigadores públicos del Centro de Prevención de Enfermedades en Atlanta, Estados Unidos), lo que se necesita es entender que este fenómeno se va a seguir repitiendo mientras prosigan los criaderos de estas enfermedades.Ya en la epidemia, son también trasnacionales las que más lucran: las empresas biotecnológicas y farmacéuticas que monopolizan las vacunas y los antivirales. El gobierno anunció que tenía un millón de dosis de antígenos para atacar la nueva cepa de influenza porcina, pero nunca informó a qué costo.



Los únicos antivirales que aún tienen acción contra el nuevo virus están patentados en la mayor parte del mundo y son propiedad de dos grandes empresas farmacéuticas: zanamivir, con nombre comercial Relenza, comercializado por GlaxoSmithKline, y oseltamivir, cuya marca comercial es Tamiflu, patentado por Gilead Sciences, licenciado en forma exclusiva a Roche.. Glaxo y Roche son la segunda y cuarta empresas farmacéuticas a escala mundial y, al igual que con el resto de sus fármacos, las epidemias son sus mejores oportunidades de negocio.Con la gripe aviar, todas ellas obtuvieron cientos o miles de millones de dólares de ganancias. Con el anuncio de la nueva epidemia en México, las acciones de Gilead subieron 3 por ciento, las de Roche 4 y las de Glaxo 6 por ciento, y esto es sólo el comienzo.Otra empresa que persigue este jugoso negocio es Baxter, que solicitó muestras del nuevo virus y anunció que podría tener la vacuna en 13 semanas. Baxter, otra farmacéutica global (en el lugar 22), tuvo un accidente en su fábrica en Austria en febrero de este año. Le envió un producto contra la gripe a Alemania, Eslovenia y la República Checa, contaminado con virus de gripe aviar. Según la empresa, fueron errores humanos y problemas en el proceso, del cual no puede dar detalles, porque tendría que revelar procesos patentados.



No sólo necesitamos enfrentar la epidemia de la influenza: también la del lucro.

Huayra-Causay Representantes del Programa MESA en el EcuadorCasilla: 17-07-9906, Quito - Ecuador

Al respecto de la Comunicación Popular



Aunque el tratamiento y conocimiento de la comunicación alternativa y popular no son nuevos en el mundo, especialmente en Latinoamérica, fue importante que un Jefe de Estado aliente a los habitantes a encaminarse por esta alternativa. “Apoyemos a los medios alternativos, a los que son creados por los propios ciudadanos y son públicos. No a los medios privados que nos han causado tanto daño”. Estas fueron las palabras que el Presidente de la República, Rafael Correa, mencionó en el informe de labores en pasado mes de enero que presentó a los asambleístas en transición en la Comisión Legislativa. Pero ¿Qué es la comunicación alternativa y popular?


La extrema desigualdad que se ha creado en el intercambio de la información por parte de los grupos económicos, que son dueños de los medios de comunicación empresariales, ha permitido que los sectores populares creen sus medios de difusión ‘alternos’ a la de los grandes emporios. La comunicación popular, a diferencia de los tradicionales, es entendida como el órgano de difusión útil, la que comparte experiencias y aquella que logra el intercambio sociocultural y político de los sectores populares. De esta manera, se necesitan medios alternos de comunicación que fundamenten la concepción de participación con el objetivo de propiciar la comunicación de doble vía que conduzca a reafirmar su identidad y fundamentar el cambio. “El calificativo de comunicación significa que nos referimos a “otra comunicación”, distinta a la “una” que nosotros conocemos; que hablamos del tipo de comunicación que es expresión de “algo otro”, distinto de lo “uno” que habitualmente nos transmite la comunicación predominante” 1.


Con esta perspectiva, a finales de los 70 América Latina vive el auge de la comunicación popular luego que los distintos estudiosos latinoamericanos concibieron teóricamente la nueva forma de comunicación. Para esto, empezaron por examinar, discutir y analizar la posición de la UNESCO respecto al Nuevo Orden Internacional de la Comunicación (NOIC) debido a que ésta sentaba algunas bases teóricas de la comunicación popular. Sin embargo, son en los años ochenta donde la comunicación popular es catalogada como la nueva vía del desarrollo democrático, de justicia social, de libertad. Es en este contexto, donde actores autónomos y determinados por sus referentes culturales y no de clase, fueron los que demandaron una comunicación más plural y abierta. Dentro de este esquema la mayoría de prácticas comunicativas de producción bibliográfica e investigaciones, y a nivel de implementación de proyectos de desarrollo, se realizaron en América Latina. Una comunicación que surgió desde los propios actores y sectores sociales fundamentándose, principalmente, en el análisis, críticas, reflexiones, propuestas y proyectos.


Los estudios de comunicación en América Latina se orientaron a descubrir y denunciar los rasgos mediante los cuales la ideología dominante penetra los procesos de comunicación y produce determinados efectos. Asimismo, el crecimiento de las empresas comunicacionales extendidas a distintos países que, por necesidad de desarrollo tecnológico, crecimiento cultural, deudas o desventajas económicas, han permitido el establecimiento de estas trasnacionales de la comunicación. La omnipotencia que en la versión funcionalista se atribuía a los medios de comunicación pasó a depositarse en la ideología que se volvió dispositivo totalizador de discursos. También desde el estructuralismo se redujo el sentido al código, sin embargo, también este paradigma continuaba reforzando la presencia de los medios de comunicación, la cual, tanto el funcionalismo como el estructuralismo, se centraban en la manipulación a través del mensaje que se convirtió en instrumento de dominación ideológica imperialista. Una de las repuestas a los sectores ‘subalternos’ o ‘populares’ a esta ofensiva ideológica fue la creación de medios de comunicación, principalmente periódicos campesinos y obreros, que trataban de construir su experiencia social. El fenómeno de los medios de comunicación se presenta entonces como una institución que manifiesta los enfrentamientos entre clases.


Para el proyecto imperialista, el medio de comunicación era el eje fundamental para la participación de las masas que generaba la ilusión de integración de masas. En cambio para los sectores populares debía ser el canal de expresión de las masas para construir las bases de la economía socialista y la generación de la conciencia colectiva. Las principales características que empezaron a diferenciar a la comunicación imperialista (tradicional) con la comunicación popular (Comunicación Alternativa) era aquella de proclamar el cambio de la sociedad y, principalmente, de denuncia a una situación deficitaria. Cuando hablamos de alternativa queremos significar otra sociedad, otra comunicación, otro medio distinto al habitual y tradicional. Las pequeñas comunidades locales y regionales, para impulsar su propio desarrollo y dirigirse hacia un proceso de cambio a través de la critica y de los planes diseñados por entidades oficiales o privadas, les es imposible encontrar el apoyo de los medios masivos de comunicación. Para esto, han recurrido a pequeños medios o micromedios, de fácil diseño, elaboración, producción y manejo que son susceptibles de generar procesos de comunicación alternativa en comunidades urbanas y rurales. Con este proceso se busca, pues, influir en núcleos significativos de la población para ir generando un consenso sobre la necesidad de la transformación de las estructuras sociales. “Además, sobre los objetivos las informaciones y los mecanismos de proyectos de desarrollo que impliquen la concientización, la organización y la movilización de los pobladores en la construcción de su propia historia” 2.


Para esto, los líderes y promotores deben involucrar a otras personas o grupos barriales para que participen en forma decidida consciente en el proceso de cambio social y la solución de sus propios problemas. De esta manera, si para los medios de comunicación empresariales el receptor es un mero agente de recepción de información; es necesario insistir en una nueva concepción de la comunicación: la Comunicación Popular. En términos concretos de educación política que conlleva la impugnación al modelo de comunicación dominante y orientada hacia las búsquedas de alternativas que rompan con la comunicación vertical. La comunicación Alternativa, Popular, Participativa; constituyen un todo orgánico y sistemático que se sustenta en la cultura popular. Por eso es básica la cultura popular en el proceso de comunicación popular cuyas características son colectivas, comunitarias, concretas, pluralistas, universal, proletaria y creadora.


Los medios de comunicación públicos

Mas allá de quién financie el medio de comunicación público es necesario insistir en su política a seguir, y de hecho, en los contenidos que se van ha informar. Es decir, cumplir con los preceptos reales de la comunicación pública que se asimilan con la denominada comunicación alternativa y popular respecto a que se debe enfocar una comunicación democrática y participativa. Lo que pone en discusión es la denominada “imparcialidad e independencia” que desde el lado periodístico de la comunicación pública es aceptada, mientras que la alternativa y popular es cuestionada porque para ésta comunicación la imparcialidad no existe sino la parcialidad y la dependencia a los intereses del pueblo. Es necesario aclarar que el problema es ideológico y no periodístico.


Respeto a las características que debe cumplir un medio de comunicación pública, Ernesto Villanueva, investigador de comunicación de la Universidad Autónoma de México (UNAM) señala lo siguiente:


Primero. El proceso creciente de desreglamentación de la radio y la televisión comercial tiene como contrapartida proporcional la eliminación de funciones mínimas de servicio público, tarea que debe ser confiada a los medios de servicio público. Es aquí donde reside precisamente uno de los puntos fuertes a favor de la existencia de medios de buen hacer periodístico, educativo y cultural en su más amplia expresión. De ahí, que en la experiencia comparada los medios públicos no sean sólo opciones alternativas o marginales, sino verdaderas opciones para el público. La apuesta de la sociedad en los medios públicos en diversos países pone de manifiesto que la combinación que hace de lo importante algo interesante resulta una fórmula de éxito que, además, tiene un impacto en el mejoramiento de los medios en general ante la fuerte competencia que logra un público receptor crítico y demandante de productos de calidad.


Segundo. Los medios públicos deben tener como rasgo distintivo una serie de principios o valores sociales, más que el hecho de ser públicos en tanto su existencia corre a cargo del erario público. Por el contrario, corre a cargo del presupuesto estatal su funcionamiento porque efectivamente cumplen una utilidad social. Al respecto, el Consejo de Europa sostiene que los medios públicos deben proveer a toda la sociedad de información, cultura, educación y entretenimiento, estimular la ciudadanía social, política y cultural y alentar la cohesión de la sociedad. Para ello es típicamente universal en términos de contenido y acceso. Se garantiza independencia editorial e imparcialidad, provee un referente de calidad, ofrece variedad de programas y servicios viendo por las necesidades de todos los grupos de la sociedad y públicamente rinde cuentas de sus actos.


Hace más de un año el gobierno ecuatoriano planteó una política de medios públicos (Prensa, TV y radio) con similares características analizadas por Villanueva. La pregunta que los ciudadanos, partícipes fundamentales de este proyecto, deberían hacerse es la siguiente: ¿Los medios públicos están cumpliendo estos objetivos o son empresas similares a las privadas donde un grupo de ‘personas’ se reúnen para darnos pensando y decidir qué informar? Habría que empezar a exigir cuentas, no les parece.


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1.- Servicio Colombiano de Comunicación Social: Comunicación Alternativa, editorial, Centro de Recursos de SCCS, 1987, Bogota- Colombia, pág, 6.
2.-DUBRAVIC, A, Martha: Comunicación Popular, Corporación Editora Nacional, Impresiones Digitales Abya Yala, Quito, Ecuador, pág, 26.

viernes, 15 de mayo de 2009



Fuera vendas: el periodismo… es propaganda

Los espacios informativos de los medios, donde supuestamente se ejerce el periodismo independiente e imparcial, se han convertido en la principal oposición política al gobierno, así como en espacios de abierta promoción a las candidaturas de la derecha.

Esto preocupa a quienes mantienen la concepción de que el periodismo es una actividad diametralmente opuesta a la propaganda. A quienes la miran como una práctica relacionada con la verdad y la libertad, cuya supuesta aspiración es mantenerse lo más alejada posible de las relaciones de poder existentes, para alcanzar así el objetivo de la imparcialidad. Y a la propaganda, en cambio, la consideran una actividad poco seria y engañosa de la que se sirvieron los peores proyectos totalitarios de la historia. No pocas veces hemos escuchado a Carlos Vera y Jorge Ortiz interpretar de esta forma la estrategia comunicacional del Gobierno.

Pero la historia, los procesos sociales y políticos que hemos vivido en el continente y en el Ecuador, nos permiten alejarnos cada vez más de estos mitos. Ahora podemos entender que el periodismo solo es una forma más de la propaganda. Y que la propaganda no tiene necesariamente ese sentido negativo que se le ha atribuido, puesto que siempre ha sido un arma de las clases sociales en su lucha ideológica y política por el poder. Unas clases, las que están en el poder, la usan para mantener su dominio, y otras, las que son explotadas, para conquistarlo.

¿Cómo demostrar que el periodismo es propaganda? Fácil: analizando su práctica concreta. Tomemos como referente teórico las cinco reglas de la propaganda que plantea el francés Jean Marie Domenach, en su libro “La propaganda política”:

1.- Simplificación y enemigo único. Se refiere a que toda propaganda, para alcanzar sus objetivos, debe buscar la síntesis de lo complejo; traducir un conjunto de hechos o ideas de forma simple, clara y breve, teniendo en cuenta la identidad cultural del destinatario del mensaje.

Podemos identificar esta regla en el tratamiento que ciertos periodistas han hecho de la política regional. Según su versión, hay un eje totalitario en América Latina del que es parte el gobierno de Rafael Correa, y está encabezado por Evo Morales, Fidel Castro y Hugo Chávez. Simplifican en la figura de estos personajes todo el proceso social de cambio que se vive en la región, del que son protagonistas los pueblos y no solo determinados individuos. Así mismo, para atacar a toda la tendencia democrática, progresista y de izquierda que existe en el Ecuador, lo más fácil es confrontar a Correa.

2.- Exageración y desfiguración. Se refiere a la sobredimensión de cualquier hecho con el fin de acentuar ciertos aspectos de un problema. Esto ha sido analizado por varios estudiosos del periodismo y tratado como la “espectacularización de la noticia”. Ejemplo en Ecuador: el incremento de la delincuencia en todo el país, que siendo un problema cierto, fue sobredimensionado con el propósito de inculpar al Gobierno de falta de acciones efectivas para enfrentarlo. Y algo reciente: las reformas al Código Penal, que teniendo errores aceptados por el mismo Gobierno, han sido interpretadas por los medios como una licencia extendida a asaltantes y ladrones para delinquir. Ahora el Gobierno no solo es narcotraficante y terrorista, sino también amigo de los delincuentes.

3.- La orquestación. Se trata de la repetición de un tema, bajo diferentes aspectos, hasta lograr imponerlo en la opinión pública. La intención es que el destinatario de la propaganda hable sobre él, lo discuta y llegue a tomar determinada posición. El mejor ejemplo en Ecuador es el caso Chauvín. Se ha repetido tanto que el supuesto involucramiento de este personaje con el narcotráfico y con la guerrilla demostraría la relación de Correa con estas actividades, que para muchos es ya una verdad. Decía el nazi Josep Goebbels al respecto: “Con una repetición suficiente y la comprensión sicológica de las personas implicadas, no sería imposible probar que de hecho un cuadrado es un círculo”.

4.- La transfusión. Que desde el poder opera sobre la base de miedos, ideas preexistentes en las masas, prejuicios, complejos de odio, un orden establecido y no el cambio. Sobre esto hay varios ejemplos: todos recordamos el tema del aborto durante la campaña para el referéndum aprobatorio de la nueva Constitución. Así como el tema del matrimonio homosexual, aspectos que según estos medios promovía el gobierno y las fuerzas progresistas en la Asamblea. Se recurrió a viejos prejuicios que la población tiene para demonizar a las fuerzas del cambio. Igual ocurrió en el tema de la propiedad privada.

Un ejemplo reciente es el de la supuesta intención del gobierno de desdolarizar la economía del Ecuador. Se dijo incluso que ya estaba en el puerto un contenedor con la nueva moneda: el cóndor. El miedo a que se repita una crisis como la de 1999 es intenso.

5.- La unanimidad y contagio. Explica la tendencia a expresar la opinión de un grupo como unánime a toda la sociedad. Buscan lograrlo con el aval de intelectuales o personalidades destacadas. Ejemplos abundan; como el de la supuesta vigencia de un estado opresor contra la prensa. Se dice que actualmente no existen libertades públicas, que no hay democracia porque se ataca a los periodistas y a los medios. Los conocidos cuentos como el de la seguridad jurídica, el riesgo país, la inversión extranjera, son mostrados como criterios que toda la sociedad respalda o comparte. Basta escuchar a Jorge Ortiz y sus “expertos” economistas para comprobarlo.

Evidentemente, desde el lado de los pueblos también se hace periodismo, es decir, propaganda para enfrentar el poder oligárquico. La diferencia es que se trata de una propaganda que no miente como la propaganda oligárquica, sino que se propone, como decía Lenin: “hacer revelaciones en todos los campos”. Seamos claros: el periodismo… es propaganda.

jueves, 14 de mayo de 2009

Célibes...

Por: NoF

CRISIS DEL CAPITALISMO


“La globalización no es nueva. Nosotros en
el tercer mundo estamos muy familiarizados con
ella. Acostumbrábamos llamarla colonización”.
Vandana Shiva, 1996

Partiremos esencialmente de lo que Anthony Giddens establece en el sentido de que “La modernidad es intrínsecamente globalizadora y esto resulta evidente en algunas de las características más esenciales de las instituciones modernas”[1]. Desde esta perspectiva revisaremos el acontecer histórico que enmarca el fenómeno de la “globalización” o “mundialización”.

La modernidad, entendida como el proceso dentro del cual el hombre se reconoce así mismo como auténtico modificador tanto de su destino como de su entorno (natural o social), plantea una serie de grandes cambios en aspectos sociales, culturales, económicos, políticos y tecnológicos.

La organización de la sociedad asumió nuevos paradigmas que encuentran su base en aspectos tales como: el racionalismo (la ciencia, el desarrollo del conocimiento y su aplicación tecnológica), la lógica de mercado (las dinámicas del capitalismo, comercio internacional y el liberalismo económico), el Estado nacional (la idea de democracia, las libertades individuales y la propiedad privada).

Al respecto, Renato Ortiz califica a la modernidad como
“la racionalización de la sociedad en diversos niveles, económico, político y cultural. Revela un tipo de organización desencajada, privilegiando cualidades como funcionalidad, movilidad y racionalidad (...)[2].

De los aspectos que Renato Ortiz señala, el económico ha servido de base para el análisis de la modernidad, que implica consideraciones tales como:[3]

· Que desde sus mismos orígenes, el capitalismo ha sido internacional en su esfera.

· Que
la llegada del capitalismo, conduce a un tipo de orden muy diferente, por primera vez auténticamente mundial en su alcance y basado más en el poder económico que en el político.

Lo económico adquiere relevancia con la primera gran revolución capitalista que va de la mano con el Renacimiento. Es decir, el desarrollo económico concomitante con el desarrollo de la ciencia provocó un auge de las actividades comerciales y por ende el surgimiento de una clase social encaminada a dirigir los destinos de la sociedad.

Matizando esta situación, en torno a la idea de globalización, muchos autores sostienen que dicho proceso encuentra sus orígenes en este factor. Al respecto, Wallerstein manifiesta que “El capitalismo ha sido tan fundamental en la globalización precisamente porque es más un orden económico que un orden político”[4], este mismo autor señala que
el inicio del “sistema mundial capitalista” se remonta al siglo XVI con el inicio del colonialismo.

Marx, en su enfoque crítico con relación a dicho sistema al que lo denomina “capitalismo moderno”, postula que su origen se daría en el siglo XVI. En cierto modo, su visión plantea que la base económica con relación a la superestructura influye decisivamente en el campo de lo ideológico lo político lo social y lo cultural (aunque evidentemente hay que vislumbrar un enfoque no determinista al respecto). Noam Chomsky profundiza esta tesis al explicar que
Marx diferenciaba en el proceso de globalización del capital dos fases de expansión “la subordinación formal del planeta bajo el capital” que hace relación a la mundialización de la esfera de circulación del capital: “la constitución y expansión del mercado mundial a partir del siglo XVI”. Añade Chomsky que la apropiación del plusproducto global se realiza “predominantemente por el comercio acompañado de la extrema violencia del colonialismo”. La segunda fase hace relación a que la subordinación real del planeta al capital “acontece cuando este extiende sus intereses productivos a todo el globo (...) cuyo corolario es la globalización de la sociedad burguesa en todas sus facetas” [5].

Retomando dentro del contexto la idea de globalización, y avanzando un poco en la historia, el primer tercio del siglo XX estuvo marcado por la revolución socialista en la cual el desarrollo del marxismo leninismo visualizaba el avance del capitalismo hasta llegar a la etapa que se denominaba imperialista. Esta coyuntura desencadenó la pugna entre el socialismo y el capitalismo. El advenimiento de la guerra fría puso en marcha una serie de conflictos políticos y económicos en el plano de lo ideológico. Posteriormente dicha pugna “concluyó” con el derrumbe de las dictaduras comunistas en la URSS y en Europa del Este.

Existen apreciaciones en las cuales se preconiza la idea del “fin de la historia” enmarcado en el colapso del socialismo soviético. Esto trajo grandes consecuencias que reforzaron la idea de globalización sintetizado por Fernando Mires en cuatro razones fundamentales:[6]

· El derrumbe del comunismo puso fin a la guerra fría, con consecuencias políticas y económicas.

· Con el comunismo terminó una fase histórica denominada periodo bipolar.

· Con el final del segundo mundo no puede hablarse de un tercero (ni matemática ni políticamente). Fernando Mires acota que “incluso la dicotomía Norte –Sur deja de ser aplicable”.

· Con el final del comunismo ha terminado el periodo de los imperialismos políticos.

En lo que concierne a la etapa que atraviesa el mundo en los actuales momentos, denominada por unos como “postmodernidad” y por otros como “modernidad radicalizada”, una de las opiniones más generalizadas es que la globalización es un fenómeno puramente económico, o en todo caso, primariamente económico. Retomando el criterio de Fernando Mires quien manifiesta que –ante la complejidad que implica definir el concepto de globalización- “ya no solo hay que enfrentarse con el concepto de globalización sino sobre todo con el paradigma sobre el cual ha sido montado”.

Por lo tanto resulta interesante discutir la existencia de: a) este principio de determinación y b) que este principio sea de naturaleza económica.

En este sentido trataremos de soslayar el hecho de que lo económico se configura a partir de relaciones que no son siempre económicas. Empíricamente podemos manifestar que antes de invertir en un país (los economistas) se informan cabalmente acerca de las condiciones políticas. Se tratará así mismo de resaltar los aspectos políticos de la globalización disintiendo con la idea de un solo imperialismo de los post-marxistas y de un solo mercado mundial de los neoliberales (quienes tienen muy arraigada la concepción de que con la dictadura del mercado la política pasaría a un segundo plano).

Como conclusión de esta última parte muchos autores coinciden en que la tendencia inscrita en la lógica del capital se habría desarrollado, hasta alcanzar un último momento que sería el de la globalización, por ende
“el capitalismo solo puede seguir avanzando hacia Marte o Júpiter (...) en la Tierra ya no puede hacerlo más; está globalizado”[7].

AUTOR EDISON PÉREZ

[1]
Giddens, Anthony, Consecuencias de la modernidad, Ed. Alianza, Madrid 1994, p. 67.
[2]
Ortiz, Renato, Mundialización y cultura, Ed. Alianza, Buenos Aires 1997, p. 74.
[3]
Ibid, p.71.
[4]
Ibid, p. 71.
[5]
Chomsky, Noam, LA ALDEA GLOBAL, Ed. Txalaparta, Buenos Aires 1998, p. 64.
[6]
Mires, Fernando, Teoría política del nuevo capitalismo, Ed. Nueva sociedad, Venezuela 2000, p. 24.
[7] Ob. Cit. Mires, retoma para el contraste, este criterio. Las cursivas son mias, p. 15.