Ustedes ya estarán familiarizados con los falsos positivos, los asesinatos llevados a cabo por agentes del estado colombiano contra jóvenes en condiciones de marginalidad de diferentes escenarios rurales y urbanos de Colombia, con el fin de hacerlos pasar como bajas de guerrilleras y guerrilleros y así cobrar recompensas y justificar la ampliación - ya casi ad infinitum - de la seguridad democrática y las limitaciones a los derechos fundamentales de los ciudadanos que ella impone.Ahora la nueva agenda del famoso "Estado de Opinión" - que en términos del presidente de Colombia Alvaro Uribe consiste en un estado en que su supuesta aceptación entre los colombianos significar limitar hasta sus mínimas condiciones el Estado de Derecho y sus instituciones, poniendo fiscales de trapo, impidiendo el trabajo de la única institución decente y que fiscaliza al estado en Colombia que es la Corte Constitucional, desestabilizando los mas importantes vínculos comunitarios al socavar la legitimidad de sus líderes mediante un supuesto Estado Comunitario que evidentemente legisla con una perspectiva que prioriza los intereses de los grupos poderosos y ha desplazado a los mas pobres de sus ya escasos espacios de participación - es la de desarrollar sus falsos positivos en el periodismo que le ha sacado sus trapitos al sol. Es así, que como falso positivo, se nos presenta el cierre de Cambio, una revista entre cuyas investigaciones más importantes se encontraban el destape del escándalo de los falsos positivos, precisamente contra el hoy candidato presidencia Juan Manuel Santos - en ese entonces Ministro de Defensa y directo responsable de tan terrible para-política de estado -, o la evidencia mas flagrante del estado pro-rico que nos ha impuesto la seguridad democrática como fue Agro Ingreso Seguro. Se dice que se trata de razones económicas, algo así como una muerte por causas naturales, lo que se les olvida es decir que el difunto le ponía mucho pereque al gobierno, a los uribistas e incluso a los accionistas mayoritarios del grupo editorial El Tiempo, Planeta, quiénes siguen en pugna por el tercer canal de tv en Colombia, y que evidentemente no requieren de una piedra en su propio zapato, como puede ser una publicación con amplia lectura que investiga de forma independiente los chanchullos del gobierno de turno, a pesar de que su casa editorial se arrodilla fielmente a los mandatos de la seguridad democrática.Triste, muy triste que además de tener que soportar los asesinatos de jóvenes compatriotas para hacerlos pasar por delincuentes con el único fin de cobrar una prima o un bono, y en últimas de hacer quedar un poco mejor las estadísticas de guerra de un gobierno que nos tiene en una de las situaciones mas desiguales económica y políticamente de los últimos 70 años de la historia colombiana, ahora tengamos que soportar el menos doloroso, pero más aletargador efecto de los falsos positivos en el periodismo. Mi más sincera invitación, a que por los medios que les sea posible, expresen indignación ante este hecho que sin duda sentará un precedente vergonzoso a la ya trágica historia de la democracia en manos de la seguridad que nos ha Impuesto el presidente Uribe, y porque cualquier ejercicio de comunicación comprometida con luchas sociales, ajena a imparcialidades cómplices, va a ser, de ahora en adelante más difícil.
Antes escribía en medio de la desilusión y la desesperanza del falso positivo perpetrado contra la libertad y la democracia, llevado a cabo en nombre de las cifras, pero evidentemente también para complacer la majestad del señor Presidente Uribe y su caterva de gaznápidos, entre ellos el no menos infame Jose Obdulio Gaviria, quién es capaz hoy mismo de afirmar que ese monstruo dominador y recalcitrante cadena de la esclavitud mental que es esa idea de la "opinión pública", es de todas las fuerzas políticas, la primera y más importante. En medio de esta triste agonía que sufre la democracia en Colombia, precisamente hoy que se celebra en el país un día en conmemoración del Periodista, fue absuelto el compañero Alfredo Molano, insigne investigador que ha hablado sin pelos en la lengua de la corruptela que domina las huestes del conservadurismo en la costa atlántica, y que además cuenta con el aval de ser uno de los importantes representantes de la investigación social, con sendas publicaciones sobre el conflicto en Colombia como "Siguiendo el corte", una de las más importantes obras sobre la vida rural colombiana, atravesada por el abandono del estado, el desequilibrio de los intercambios económicos, las manipulaciones políticas, y por si fuera poco, las relaciones con las a veces comprometidas y a veces vanidosas e insensibles razones de los grupos subversivos y la de los paramilitares que los combaten.Acusado injustamente de injuria, al poner con tinta y en papel el secreto mas difundido de la historia reciente colombiana, la corrupción de los políticos de la costa atlántica, famosa casta representada hasta en comedias televisivas a través de lagartos de toda calaña, legulellos de lo más infames y polítiqueros que compran votos a 43000 pesos, como lo demostró la última investigación de El Espectador, Alfredo Molano vio casi truncada su amplia trayectoria como columnista e investigador. Hoy, sin embargo, como si morfeo nos hubiera hecho el favorcito de dormir a la bestia, en realidad a todo el uribestiario, a la fauna que gobierna a Colombia como cualquier de las ficciones mas escalofriantes de HP Lovecraft, un juez ha estimado que lo que estaba en juego en este juicio era la libertad de expresión y no la injustificada acusación de injuria que los magnates costeños sientieron en el alma, porque nadie nunca les quiere decir en la cara que son unos mala sangre, que la costa vive en la pobreza para que ellos sigan engordando, ampliando sus latifundios y dividiéndolos para que Andres Felipe Arias o el ampón de turno en los ministerios les entregue los subsidios y partidas que deberían llegar, con la misma suerte con que un mago pudiera convertir una piedra en oro sólido, a las mesas de esos miserables campesinos y vecinos, que a pesar de todo le siguen agradeciendo los 43000 pesos a esos desgraciados con un voto que los mantiene además listos en la fila para votar si por el referendo y reelegir a Uribe.Triunfo para pasar el sabor amargo, aunque parece que el alimento escatológico nos sigue esperando en los escenarios futuros de la agonizante democracia colombiana.
Ustedes ya estarán familiarizados con los falsos positivos, los asesinatos llevados a cabo por agentes del estado colombiano contra jóvenes en condiciones de marginalidad de diferentes escenarios rurales y urbanos de Colombia, con el fin de hacerlos pasar como bajas de guerrilleras y guerrilleros y así cobrar recompensas y justificar la ampliación - ya casi ad infinitum - de la seguridad democrática y las limitaciones a los derechos fundamentales de los ciudadanos que ella impone.
ResponderEliminarAhora la nueva agenda del famoso "Estado de Opinión" - que en términos del presidente de Colombia Alvaro Uribe consiste en un estado en que su supuesta aceptación entre los colombianos significar limitar hasta sus mínimas condiciones el Estado de Derecho y sus instituciones, poniendo fiscales de trapo, impidiendo el trabajo de la única institución decente y que fiscaliza al estado en Colombia que es la Corte Constitucional, desestabilizando los mas importantes vínculos comunitarios al socavar la legitimidad de sus líderes mediante un supuesto Estado Comunitario que evidentemente legisla con una perspectiva que prioriza los intereses de los grupos poderosos y ha desplazado a los mas pobres de sus ya escasos espacios de participación - es la de desarrollar sus falsos positivos en el periodismo que le ha sacado sus trapitos al sol. Es así, que como falso positivo, se nos presenta el cierre de Cambio, una revista entre cuyas investigaciones más importantes se encontraban el destape del escándalo de los falsos positivos, precisamente contra el hoy candidato presidencia Juan Manuel Santos - en ese entonces Ministro de Defensa y directo responsable de tan terrible para-política de estado -, o la evidencia mas flagrante del estado pro-rico que nos ha impuesto la seguridad democrática como fue Agro Ingreso Seguro. Se dice que se trata de razones económicas, algo así como una muerte por causas naturales, lo que se les olvida es decir que el difunto le ponía mucho pereque al gobierno, a los uribistas e incluso a los accionistas mayoritarios del grupo editorial El Tiempo, Planeta, quiénes siguen en pugna por el tercer canal de tv en Colombia, y que evidentemente no requieren de una piedra en su propio zapato, como puede ser una publicación con amplia lectura que investiga de forma independiente los chanchullos del gobierno de turno, a pesar de que su casa editorial se arrodilla fielmente a los mandatos de la seguridad democrática.
Triste, muy triste que además de tener que soportar los asesinatos de jóvenes compatriotas para hacerlos pasar por delincuentes con el único fin de cobrar una prima o un bono, y en últimas de hacer quedar un poco mejor las estadísticas de guerra de un gobierno que nos tiene en una de las situaciones mas desiguales económica y políticamente de los últimos 70 años de la historia colombiana, ahora tengamos que soportar el menos doloroso, pero más aletargador efecto de los falsos positivos en el periodismo.
Mi más sincera invitación, a que por los medios que les sea posible, expresen indignación ante este hecho que sin duda sentará un precedente vergonzoso a la ya trágica historia de la democracia en manos de la seguridad que nos ha Impuesto el presidente Uribe, y porque cualquier ejercicio de comunicación comprometida con luchas sociales, ajena a imparcialidades cómplices, va a ser, de ahora en adelante más difícil.
Antes escribía en medio de la desilusión y la desesperanza del falso positivo perpetrado contra la libertad y la democracia, llevado a cabo en nombre de las cifras, pero evidentemente también para complacer la majestad del señor Presidente Uribe y su caterva de gaznápidos, entre ellos el no menos infame Jose Obdulio Gaviria, quién es capaz hoy mismo de afirmar que ese monstruo dominador y recalcitrante cadena de la esclavitud mental que es esa idea de la "opinión pública", es de todas las fuerzas políticas, la primera y más importante. En medio de esta triste agonía que sufre la democracia en Colombia, precisamente hoy que se celebra en el país un día en conmemoración del Periodista, fue absuelto el compañero Alfredo Molano, insigne investigador que ha hablado sin pelos en la lengua de la corruptela que domina las huestes del conservadurismo en la costa atlántica, y que además cuenta con el aval de ser uno de los importantes representantes de la investigación social, con sendas publicaciones sobre el conflicto en Colombia como "Siguiendo el corte", una de las más importantes obras sobre la vida rural colombiana, atravesada por el abandono del estado, el desequilibrio de los intercambios económicos, las manipulaciones políticas, y por si fuera poco, las relaciones con las a veces comprometidas y a veces vanidosas e insensibles razones de los grupos subversivos y la de los paramilitares que los combaten.
ResponderEliminarAcusado injustamente de injuria, al poner con tinta y en papel el secreto mas difundido de la historia reciente colombiana, la corrupción de los políticos de la costa atlántica, famosa casta representada hasta en comedias televisivas a través de lagartos de toda calaña, legulellos de lo más infames y polítiqueros que compran votos a 43000 pesos, como lo demostró la última investigación de El Espectador, Alfredo Molano vio casi truncada su amplia trayectoria como columnista e investigador. Hoy, sin embargo, como si morfeo nos hubiera hecho el favorcito de dormir a la bestia, en realidad a todo el uribestiario, a la fauna que gobierna a Colombia como cualquier de las ficciones mas escalofriantes de HP Lovecraft, un juez ha estimado que lo que estaba en juego en este juicio era la libertad de expresión y no la injustificada acusación de injuria que los magnates costeños sientieron en el alma, porque nadie nunca les quiere decir en la cara que son unos mala sangre, que la costa vive en la pobreza para que ellos sigan engordando, ampliando sus latifundios y dividiéndolos para que Andres Felipe Arias o el ampón de turno en los ministerios les entregue los subsidios y partidas que deberían llegar, con la misma suerte con que un mago pudiera convertir una piedra en oro sólido, a las mesas de esos miserables campesinos y vecinos, que a pesar de todo le siguen agradeciendo los 43000 pesos a esos desgraciados con un voto que los mantiene además listos en la fila para votar si por el referendo y reelegir a Uribe.
Triunfo para pasar el sabor amargo, aunque parece que el alimento escatológico nos sigue esperando en los escenarios futuros de la agonizante democracia colombiana.