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martes, 26 de mayo de 2009

De medios, prejuicios y democracia

El programa ‘Aló Presidente` del mandatario de Venezuela, Hugo Chávez Frías, cumplió este 23 de mayo diez años al aire con 330 programas consecutivos. Su homólogo ecuatoriano, Rafael Correa Delgado, va por su enlace radial y televisivo número 121 desde que asumió el poder en enero del 2007.

Ambos coincidieron el pasado fin de semana (23 y 24 de mayo) en Quito (Ecuador), con la necesidad de combatir a lo que denominan “prensa corrupta”, ligada a los intereses de las oligarquías latinoamericanas. Incluso se habló de la posibilidad de crear una suerte de Consejo paralelo a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en el seno de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), cuya presidencia pro tempore será asumida por Correa, en Chile, en junio próximo.

Mientras el pasado 15 de febrero Chávez ganó con más del 50% el referéndum constitucional que le permitirá reelegirse en el cargo; el 26 de abril Correa se adjudicó un triunfo histórico en primera vuelta con casi el 52% de los votos válidos[1].

Y es que las animadversiones de ambos mandatarios respecto de los medios privados tienen rastros específicos. En abril del 2002, por ejemplo, el presidente Chávez fue derrocado momentáneamente del Palacio de Miraflores gracias a un bien orquestado montaje de los medios venezolanos que incluso se denunció en un documental independiente[2]. En su reemplazo el dirigente empresarial, Fernando Carmona, asumió el poder pero tuvo que dejar la casa de gobierno a las pocas horas cuando las barriadas venezolanas restituyeron a Chávez.

Correa, en cambio, tiene un cuestionamiento más personal pero no por ello apolítico. Públicamente ha enfilado sus dardos contra Diario El Universo de su natal Guayaquil, a quien acusa de no haberle dado espacio para la difusión de un evento internacional que organizó cuando era dirigente estudiantil, allá por los años 80[3].

Luego, en uno de sus recientes enlaces sabatinos, a inicios del 2009, denunció que ese matutino -fundado el 21 de septiembre de 1921- tiene sus acciones en las islas de Gran Caimán a nombre de uno de sus principales articulistas, Hernán Pérez Loose.

En ese mismo espacio, Correa dijo también que el canal de televisión Teleamazonas (Cratel), de propiedad del accionista mayoritario del Banco del Pichincha, Fidel Egas, se declaró a pérdida los últimos cinco años consecutivos y no canceló sus impuestos, según información del Servicio de Rentas Internas (SRI).

Esta última estación televisiva fue la que justamente pocas semanas antes de los comicios generales del pasado 26 de abril sacó una serie de reportajes de investigación a los que denominó como casos de ‘narcopolítica’.

Eso luego de que el ex subsecretario de Gobierno, José Ignacio Chauvín, fue detenido por sus presuntos nexos con la red de narcotráfico de los hermanos Ostaiza que operaba en la frontera norte en estrecha vinculación con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Para Teleamazonas ese hecho demostraba los nexos del régimen con grupos irregulares y narcotraficantes. El papel del ex ministro de Gobierno y de Seguridad Interna y Externa, Gustavo Larrea, fue puesto en entredicho por su tarea en el fallido intento de liberación de la ex candidata presidencial de Colombia, Ingrid Betancourt, en diciembre del 2007.

Incluso este y otros medios dieron fe ciega al contenido de las computadoras portátiles del entonces segundo al mando de las FARC, alias Raúl Reyes, capturadas por el ejército colombiano luego del bombardeo a un campamento de esa organización en Angostura (Sucumbíos-Ecuador) el 1 de marzo del 2008, donde además del líder insurgente fueron asesinadas otras 20 personas aproximadamente.

Coincidencialmente, el jefe de información de Diario El Comercio de Quito, Arturo Torres, publicó su libro: “El juego del camaleón: los secretos de Angostura”, donde devela supuestos nexos históricos de las FARC en territorio ecuatoriano.

Lo hizo, justo cuando el gobierno de Correa dispuso una investigación a varias unidades de Inteligencia de la Policía y el Ejército (Manuel Silva de la UIES y Mario Pazmiño del Ejército), por supuestas vinculaciones con la Central de Inteligencia Americana (CIA).

Casualidad o no, el libro de Torres apuesta por el supuesto trabajo profesional de estas unidades en la detección de grupos irregulares y narcotraficantes en el país. Unidades financiadas con apoyo de la embajada de Estados Unidos en Quito.

Este proceso sistemático de desacreditación del proyecto político del oficialismo, autodenominado de ‘Revolución Ciudadana’, está desconectado con las agendas de la sociedad en la medida en que sus estrategias (deslegitimación del gobierno) son inversamente proporcionales a sus resultados.

En este escenario, medios y gobierno, tanto en Caracas como en Quito, están en una abierta disputa por la credibilidad. Medios que persisten en su intención no solo de colocar la agenda pública (da) sino de generar el ambiente para su ejecución práctica.

Ambos gobiernos en cambio, gracias a sus contundentes resultados electorales, desdibujan en su verdadera dimensión (empresarial, publicitaria, financiera y corporativista) a los primeros, aunque a ratos confunden la aceptación popular con la militancia política.

[1] Consejo Nacional Electoral (CNE). Resultados oficiales elecciones presidenciales 2009.

[2] Kim Bartley Donnacha O´Biarian, The Revolution will not televised, abril 2002.

[3] Entrevista de Rafael Correa con Bernard Fougéres en Canal UNO.

3 comentarios:

  1. les sugiero que no coloquen tantas trabas para comentarios, eso puede dificultar el debate. Gracias.

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  2. Yo creo que casi todo lo que dice Correa en las cadenas sabatinas referente a la prensa ha funcionado, ya casi nadie cree en los medios y menos a quienes se hacen llamar "periodismo independiente"... Espero que con el tiempo se desarrolle esa disputa de credibilidad de la que hablas...

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